David Brewer - Ser imparcial significa no ser prejuicioso, ser justo y equilibrado.
No es fácil. Todos los periodistas tienen sus propios puntos de vista y
para ofrecer con autoridad una cobertura integral de las noticias deben
analizar los temas desde otra perspectiva.
Solamente vamos a poder ofrecer una versión verdadera de lo que está
sucediendo en la realidad si reflejamos con precisión y justicia las
diferentes opiniones sobre un mismo tema.
Esto es particularmente así cuando se trata de temas controversiales.
En estos casos, los periodistas necesitan ser precisos e imparciales y
reservarse sus opiniones. Ser imparcial significa:
- Ser equilibrado con los temas y los puntos de vista.
- Reflejar una amplia gama de opiniones.
- Examinar visiones opuestas.
- Asegurarse de que ninguna corriente de pensamiento quede excluida del reportaje.
Con respecto a la libertad editorial, los periodistas deberían poder:
- Cubrir cualquier tema cuando existan buenas razones editoriales.
- Informar sobre un aspecto específico de un tema.
- Ofrecer la oportunidad para que alguien manifieste su opinión.
- Evitar ser tendencioso a la hora de presentar visiones distintas.
- Informar sobre temas que pueden ofender a cierto segmento de la audiencia.
- Ser justos con las fuentes y dejarlos responder a nuestras preguntas.
Sin embargo, para hacer eso necesitamos estar preparados para
ofrecer el derecho a réplica. Cuando se busca la imparcialidad, nunca
debemos asumir que los académicos, periodistas y otras fuentes
consultadas para comentar determinados hechos y darle equilibrio a la
nota son imparciales.
La imparcialidad debe ser adecuada y proporcional. No es necesario
representar cada argumento en cada ocasión o brindar exactamente el
mismo tiempo para presentar visiones diferentes. Las conversaciones
sobre aspectos editoriales con colegas más experimentados ayudan a
establecer reglas para cada caso. Un periodista no debe enfrentarse a
estos dilemas en solitario.
Los temas controversiales pueden ser de índole política, religiosa,
sobre relaciones humanas, operaciones financieras y prácticas sexuales.
En todos los casos, debemos asegurarnos de que haya una amplia gama de
opiniones y puntos de vista.
Asimismo, debemos asegurarnos de distinguir correctamente entre una
opinión y un hecho. Es probable que también tengamos que cerciorarnos de
que todos los puntos de vista principales están incluidos en el
producto final, más allá de que creamos que alguno de ellos sea
repulsivo. Tenemos la tarea de informarle al público, independientemente
de cuáles sean nuestras propias opiniones y preferencias.
Cuando el medio para el cual trabajamos se convierta en el centro de
la noticia, quizás por temas relacionados a las finanzas de la
organización, despidos, un escándalo por drogas, malos ratings, etc.,
tenemos que asegurarnos de estar preparados para informar sobre noticias
que nos afectan a nosotros y hacerlo de la misma forma como si fueran
noticias que están afectando a otros.
A veces no es posible ofrecer equilibrio e imparcialidad en una misma
nota. Puede ser que esté muy enfocada en la versión de una sola fuente e
intentar ofrecer equilibrio e imparcialidad termine arruinándola. En
esos casos, deberíamos apuntar a incluir las demás voces en otros
reportajes.
Las opiniones personales que ofrecen solamente una visión sobre un
tema en particular pueden, a veces, contribuir a la comprensión del
público y desatar un debate saludable. Esto es particularmente cierto
cuando el aporte mejora el conocimiento que la audiencia tiene sobre un
tema y les permite ver las cosas desde otra óptica.
Esta clase de contribuciones incluye las opiniones de víctimas y de
quienes sienten que ellos u otros han resultado perjudicados por un
determinado hecho. Tales posiciones pueden ser altamente arbitrarias. En
esos casos, es importante dejar esto bien claro para asegurar que la
audiencia se dé cuenta de que las opiniones expresadas están ofreciendo
solamente una versión de los hechos.
Nuevamente, es nuestra responsabilidad encontrar el equilibrio indicado. En todos los casos debemos:
- Respetar la información fáctica.
- Cuando sea apropiado, representar de forma justa las posiciones opuestas.
- Ofrecer el derecho a réplica.
- Asegurarse de ofrecer una amplia gama de opiniones.
- Asegurarse de que todas las opiniones sean comunicadas a la audiencia de forma similar.
Cuando se trata de debates en línea, necesitamos asegurarnos de
que la audiencia no crea que las opiniones que se están expresando son
respaldadas por nuestro medio. Para ello, debemos hacer lo siguiente:
- No respaldar ni apoyar ninguna posición o campaña.
- Establecer una clara distinción entre nuestro contenido y el creado por la audiencia.
- Dejar bien claro cuáles son los recursos que estamos proporcionando.
Este artículo fue publicado inicialmente en Media Helping
Media y posteriormente traducido por la IJNet con la autorización de
dicho sitio. Media Helping Media es un sitio que publica oportunidades
de capacitación y proporciona recursos gratuitos a los periodistas que
trabajan en estados en transición, países post-conflicto y zonas donde
la libertad de expresión y de prensa están amenazadas.
Fuente: Red Internacional de Periodistas