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jueves, 9 de enero de 2020

El mapa de la Trata de mujeres en Argentina

Es el segundo negocio ilícito más redituable en el mundo detrás del narcotráfico: la Trata de mujeres con fines de explotación sexual.
Según la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), el 8 % de los condenados por este delito en la Argentina son funcionarios de algún estamento público.
Si bien hay casos registrados en 165 países, la Argentina es un ejemplo de cómo el engranaje -integrado por reclutadores y proxenetas pero también por miembros de las fuerzas de seguridad y funcionarios de distintos niveles- se adapta y camufla.
Las redes fueron cambiando. En el 2008, las víctimas estaban encerradas, sin documentos ni teléfonos celulares. Hoy, la situación es diferente: las mujeres tienen teléfono celular pero bajo amenaza no lo usan. Pueden salir: tienen las puertas abiertas pero no tienen a dónde ir, a veces ni saben en qué provincia están o no tienen dinero", explica la directora del Programa de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el delito de Trata, Zaida Gatti.
El proceso por el cual una mujer es obligada a abandonar a su familia y su lugar hasta llegar a ser sometida al ejercicio de la prostitución, implica un recorrido y una serie de pasos que, en los últimos años, los especialistas y la Justicia han podido identificar y esquematizar.
Si bien el daño es físico porque lo que se explota en definitiva es su cuerpo, es el daño psicológico el que refuerza el cautiverio. Se las despoja de su identidad a tal punto que aún pudiendo escaparse no lo hacen y son ellas, con sus palabras, las que terminan legitimando el rol que las han obligado a cumplir, coinciden distintos especialistas.


La captación

El proceso de captación de las víctimas se da en las provincias más pobres del país como Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Catamarca y Santiago del Estero. Con promesas de trabajo poco claras, mentiras o en contra de su voluntad expresa y de manera violenta, las redes de trata captan a las víctimas.
"Misiones es un punto típico de captación de mujeres. Hay lugares muy alejados en la tierra colorada profunda, donde se cruzan una buena cantidad de etnias y de razas. Tiene que ver con la permeabilización de los ríos y las fronteras. Entre Posadas y Encarnación hay tráfico diario", explica la subsecretaria de Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Derechos Humanos de Misiones, Norma Sawicz.
En esa provincia creció la explotación sexual de menores de edad. "Chiquitas desde los nueve, pero más fuertemente entre los 12, 13 y 14 años", advierte la directora de la Coalición Alto a la Trata, Claudia Lascano, que trabaja desde la ONG en la recuperación de víctimas.
El funcionamiento de las redes de trata en Misiones está atado a la cercanía con Paraguay. El Bañado Tacumbú, un barrio pobre y cercano al río en Asunción, es históricamente una zona de captación. "Muchas niñas y adolescentes que son llevadas en las barcazas de cruces en toda la zona del Ñeembucú, en la zona de Pilar. Es gran una preocupación del movimiento de mujeres de la zona", cuenta Alicia Stumpfs, de la ONG Kuña Roga.
La directora de la Unidad Especializada en la Lucha contra la Trata de personas y Explotación de niños, niñas y adolescentes del Ministerio Público de Paraguay, Teresa Martínez, advierte que las víctimas terminan convirtiéndose en captadoras, un mecanismo que le suma eslabones y reproduce la red. "Los captores son taxistas o almaceneros, no son personas que pertenecen al crimen organizado. Reciben entre 300 y 200 pesos por cada chica, no es nada. En general, hay más captoras mujeres ¿Por qué? Porque para salir de la red, muchas de las mujeres están obligadas a llevar a otras dos. Así, las víctimas se convierten después en captadoras", relata Martínez.

Las "zonas de distribución"

Otra porción del mapa nacional oficia como zona de tránsito y ablandamiento, una instancia que les permite identificar si una víctima va a generar conflicto para el entramado delictivo. Según los especialistas, se da en prostíbulos de Santa Fe y Entre Ríos. En esta etapa, los vínculos con el narcotráfico se multiplican y muchas veces, la inducción a la venta y el consumo de drogas termina por quebrar a las víctimas.
"La trata necesita de la droga. A las chicas que reclutan para explotarlas sexualmente tienen que drogarlas para despersonalizarlas", define la hermana Martha Pelloni, coordinadora de Infancia Robada, y una dirigente social con una intensa actividad pastoral en las zonas rurales del norte.
El mismo esquema delictivo se produce del otro lado de la frontera, en Paraguay. "Muchas han sido captadas para redes de trata y, en los puntos de embarque o de conexión de aviones, las convierten en mulas", explica la directora de Combate a las Trata de Mujeres del Ministerio de la Mujer de Paraguay, Luz Gamelia Ibarra.

El tránsito y el "ablandamiento" de las víctimas

Sólo puede concretarse con el aval o, al menos, la impericia de distintos niveles y poderes del Estado. "Si hay un funcionario público involucrado, y esto nos ha pasado históricamente en todas las investigaciones, hay escollos en el avance del proceso judicial. Causas que se demoran, que los jueces fallan de una manera que antes no habían fallado nunca. Alrededor del 8% de las personas condenadas son funcionarios públicos, de distintas instancias. Pero creemos que ese porcentaje debería ser un poquito más alto", sostiene el titular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), Marcelo Colombo.
Se han registrado casos de víctimas que llegaron a Japón, Corea, Francia y España. "Esto es un tema económico, no pasa por otro lado, es una fuente de ingreso y hasta incluso de lavado de dinero muy grande", aceptó el Director General de Coordinación Internacional de Interpol, Mario Ferreiro.
La llamada "Ruta del Petróleo", que arranca en La Pampa y se extiende por toda la Patagonia, es una zona clave de explotación, una región caracterizada por una dinámica en la que gran cantidad de hombres están lejos de su hogar. "Hay un fortalecimiento de las redes domésticas. Con violencia y amenazas, logran que sean explotadas de noche, que regresen de día a sus casas y que vuelvan a ser explotadas de noche", relata la Coordinadora del Programa de Asistencia a las Víctimas de Trata, Gilda Zurita. En los prostíbulos de la Patagonia trabajan entre 10 y 15 mujeres pero rara vez pernoctan en el lugar, por eso también es difícil visualizar la explotación como tal.
"Para captar a estas personas y explotarlas no hace falta una gran organización. Toda la experiencia que tuve han sido organizaciones sumamente rústicas. No hay un gran despliegue y eso habla de la enorme vulnerabilidad de las víctimas. Las captaciones se hacen por teléfono, por Facebook, por Whatsapp. Son los mismos dueños de los prostíbulos que hacen esta tarea de captación", explica la fiscal federal Cristina Beute sobre su experiencia en casos en Neuquén.

La lucha de la sociedad civil

"Las Madres nos empezamos a juntar porque las mafias se juntan para ser mafia. Y para combatir a la mafia también tenemos que estar juntos", reflexiona Margarita Meira, de "Madres de Víctimas de Trata". En Buenos Aires, la ONG Buenos Vecinos organiza una "despegatina" de los papeles que promocionan prostíbulos en las calles de la ciudad con el objetivo de concientizar sobre cuál es el negocio que se esconde detrás de esa oferta.
Susana Trimarco, madre de Marita Verón, se convirtió en los últimos años en una de las caras visibles de la lucha contra la trata sexual. Su conclusión, tras años de buscar a su hija, es simple pero certera: "Ninguna persona tiene el poder para desaparecer de la faz de la tierra. La tierra no traga gente. Detrás de esto hay muchas complicidades, por eso las víctimas no aparecen".

Fuente: Geodifusion

martes, 7 de enero de 2020

La oscura historia de los Menéndez y los Braun, terror de la Patagonia

José Luis Alonso Marchante, narra cómo José Menéndez, inmigrante asturiano, junto a otros pioneros, se apoderó de manera fraudulenta de miles de hectáreas en la Patagonia chilena y argentina. Además el libro da cuenta de cómo Menéndez participa en el exterminio de los pueblos originarios de Tierra del Fuego. “El genocidio ocurrido en la Patagonia es parte de la historia de Chile y debe ser develado totalmente ante los ojos de los chilenos, incluso ser parte de las materias escolares”, afirma Alonso.

Julio Popper y mercenarios matando a pobladores Selknam en la Patagonia. Esta foto es meramente ilustrativa de una abominable práctica de aquellos «dueños» de la Patagonia. Práctica que también perpetraron Menéndez y Braun.
Por Alejandro Lavquén. Entrevista al historiador español José Luis Alonso Marchante. Esclarecedor libro sobre los estancieros de Tierra del Fuego. El libro Menéndez, rey de la Patagonia (Editorial Catalonia), del historiador español José Luis Alonso Marchante, narra cómo José Menéndez, inmigrante asturiano, junto a otros pioneros, se apoderó de manera fraudulenta de miles de hectáreas en la Patagonia chilena y argentina. Además el libro da cuenta de cómo Menéndez participa en el exterminio de los pueblos originarios de Tierra del Fuego. “El genocidio ocurrido en la Patagonia es parte de la historia de Chile y debe ser develado totalmente ante los ojos de los chilenos, incluso ser parte de las materias escolares”, afirma Alonso.

¿Cómo nace tu interés por la historia de la Patagonia?

Siempre me han interesado los temas de la inmigración. Cuando viajé a Buenos Aires la primera vez, fui al Centro Asturiano (yo soy asturiano y mi esposa argentina), donde me encontré con un busto de José Menéndez que tiene una placa que dice que había sido el iniciador del progreso económico en la Patagonia. Me intrigó muchísimo el personaje. Me preguntaba cómo alguien puede salir de una aldea rural sin contar con nada de fortuna y luego convertirse en una persona poderosa. Poco a poco fui siguiendo su historia, que es la que entrego en este libro.

¿Cómo español, cuál era tu visión de la Patagonia?

Para nosotros, los europeos, la Patagonia es un lugar legendario con un paisaje fascinante ubicado prácticamente en el fin del mundo. Es un lugar mítico. Yo tenía la imagen de los exploradores, por ejemplo de Hernando de Magallanes que en 1520, al recorre por primera vez el estrecho que hoy lleva su nombre, vio aquellos fuegos que hacían los selk’nam para avisarse entre ellos de que algo estaba sucediendo. Esa era mi imagen de la Patagonia.

José Menéndez y Mauricio Braun
¿Sabían en Europa del exterminio de los indígenas?

Bueno, todo el mundo conoce perfectamente como los pueblos autóctonos de América fueron víctimas de la colonización europea desde su comienzo. Pero lo que a mí me sorprendió mucho de la Patagonia fue que allí el exterminio se había producido en épocas muy recientes. No estamos hablando de 1500 o 1600 sino que de finales del siglo XIX y comienzos del XX. O sea, es como decir, en términos históricos, esto ocurrió ayer. Esta situación no la conocía. Fue una triste sorpresa, sobre todo cuando empiezo a investigar la vida de José Menéndez y su participación en las masacres de los pueblo originarios, que es un tema sobrecogedor.

¿Das a conocer testimonios o documentos inéditos?

Claro que sí, para mí era muy importante traer a colación, compilar de algún modo, los testimonios contemporáneos. Por ejemplo, con respecto el exterminio de los selknam de Tierra del Fuego, traigo al libro el testimonio de los Salesianos. Ellos tenían una Misión que estaba al lado de las estancias de José Menéndez y cuando salían de la Misión no era raro encontrarse con selknam muertos por tiros de rifle. Creo que esos testimonios son importantes. En cuanto a las condiciones de los peones que trabajaban en las estancias, tema que también me interesa mucho, lo que hago es extraer los testimonios de los militares y de la policía, que eran muy poco sospechosos de simpatizar con los peones, pero que sin embargo se asombraban de las condiciones tan duras en las que éstos trabajaban.

¿Tuviste oportunidad de conversar con descendientes directos de Menéndez u otros estancieros?

Me he contactado con descendientes de los Menéndez asturianos, con la familia que quedó en España. Luego he obtenido un testimonio que considero de mucho valor. José Menéndez tenía en su estancia de Tierra del Fuego, Primera Argentina, un capataz escocés llamado Alexander Mac Lennan, apodado “Chanco Colorado”, de infausta memoria en la población de Punta Arenas, porque todo el mundo sabe fue un cazador de indios, y él mismo lo reconocía. Pude conversar con un bisnieto de Mac Lennan en la Tierra del Fuego argentina. Y me sorprendió mucho al decirme que gracias a lo que había hecho Menéndez y los demás estancieros hoy en día no existen en Tierra del Fuego los problemas de reclamos de pueblos indígenas que sí existen en otros lugares de Argentina y de Chile. Imagínate que cosa más sorprendente y lamentable.

¿Entonces los descendientes no asumen ningún compromiso con la verdad histórica?

No lo hacen. Osvaldo Bayer, historiador argentino, se entrevistó no hace muchos años con el dueño de la La Anónima, que fue como se conoció la compañía que en 1908 fundó José Menéndez junto a su yerno Mauricio Braun, cuando Bayer le planteó a Federico Braun que podrían por lo menos realizar un acto de desagravio por el exterminio, éste respondió que él había nacido el año cuarenta y tantos y no tenía nada que ver con esas cosas que se decían. Esto contrasta con empresas como Mercedes o Bayer en Alemania, que emplearon trabajadores esclavos y hoy sustentan museos y fundaciones para dar a conocer esa época oscura de su historia empresarial. Es decir, esa responsabilidad existe. Es muy importante rescatar la memoria histórica.

En cuanto a la Congregación Salesiana, al parecer su rol fue bastante controvertido ¿Qué papel jugaron realmente en los sucesos relacionados con los indígenas?

Los salesianos llegaron a tener en isla Dawson un aserradero y exportaban madera a las islas Malvinas. En estas tareas los salesianos empleaban a los indígenas. Los primeros salesianos establecieron misiones evangelizadoras en Tierra del Fuego y fueron muy críticos con los terratenientes. Realmente trataron de proteger a los indígenas y a la vez evangelizarlos, pues pensaban que eso los ayudaba. Pero hay un momento en que se entregan al poder económico de los estancieros, y la siguiente generación de salesianos está completamente subordinada a la voluntad de los hacendados. Es entonces cuando se escribe una historia favorable a los estancieros como forjadores del progreso en la Patagonia. Estos salesianos se convirtieron en defensores de esa historia manipulada.

De acuerdo a tus investigaciones ¿Cuánto de culpa tuvieron los gobiernos de Chile en el genocidio?

Mucha. Las leyes de colonización chilenas y argentinas, que he estudiado en detalle, establecían como límite 30 mil hectáreas para ser entregadas en arriendo a los colonos, porque la intención que se tenía sobre el papel era que llegaran los inmigrantes europeos a instalarse con pequeñas estancias ganaderas, que es por ejemplo lo que pasó en Australia, pero Menéndez, Braun y otros, lo que hacen es conseguir que los gobiernos chileno y argentino se salten sus propias legislaciones para obtener más tierras, pertenecientes obviamente a su habitantes originales. José Menéndez se movía en los pasillos del Congreso de Santiago y Buenos Aires con muchísima habilidad y dinero, llegando a tener en nómina a gobernadores de la Patagonia. En el caso de Chile a Mariano Guerrero Bascuñan, que cuando dejó de ser delegado de gobierno en Magallanes se fue a Santiago y trabajó para los estancieros. En Argentina con Carlos Moyano, que fue gobernador de Santa Cruz, pasó lo mismo. Eran conseguidores de tierra. Existe una responsabilidad absoluta de los gobiernos, pues permitieron toda clase de tropelías.

¿O sea que los gobiernos estaban totalmente al tanto de los crímenes?

Los gobernadores que llegaban a Punta Arenas lo hacían de buena voluntad y a su arribo se encontraban con dos clases de injusticias: acaparamiento de tierras y exterminio de indígenas. Entonces, qué ocurre, que las protestas iniciales se transformaban al poco tiempo en colaboración directa con los terratenientes, todo gracias al dinero y la influencia de Menéndez en el Congreso. El dinero tiene la virtud de acallar las críticas.

Entiendo que incluso hubo episodios de esclavitud

Sí, hubo una cacería de indígenas en Tierra del Fuego, los que fueron rematados en el centro de Punta Arenas como si se tratara de un mercado de esclavos. Esto ocurrió en 1895, en una época en que en Chile no existía la esclavitud, pues había sido abolida muchísimos años atrás. Fue algo infame para la historia de la ciudad. El episodio fue denunciando en la época y lo que traigo a colación en el libro son testimonios contemporáneos. De hecho se hizo un juicio que al final, por influencia de los estancieros, se sobreseyó.

¿Cómo asumen hoy los magallánicos la historia del exterminio?

Estuve allá en 2009 y 2011, recorriendo Tierra del Fuego y Punta Arenas. También estuve en la Patagonia argentina. Yo diría que en Punta Arenas hay una distancia bastante grande en relación a la forma que se cuenta la historia oficial en el lado argentino. En Argentina a nadie se le ocurriría poner a una calle José Menéndez o Mauricio Braun. En cambio en Punta Arenas todo el centro de la ciudad está orientado a apuntalar la memoria de esos pioneros, una memoria monolítica. Allí se observan algunos de sus palacetes. Finalmente aquellas familias perdieron todo interés en Punta Arenas y se instalaron en Buenos Aires o en Santiago, donde era mucho más fácil seguir a sus compañías o a sus sociedades. Entonces me sorprendió esa visión histórica oficial en Punta Arenas, porque contrasta con la opinión de los ciudadanos comunes y corrientes, que tienen muy claro que existe una historia impuesta. Los estancieros no sólo se apropiaron de tierras y asesinaron a los pueblos originarios, sino que también afectaron profundamente la flora y fauna de la región.
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Un poco de historia

“El momento propicio para retomar lo que para sus descendientes [de José Menéndez] debía ser un merecido homenaje a quien contribuyó decisivamente al progreso de la región, va a llegar en 1975, durante la criminal dictadura de Chile responsable de asesinatos, secuestros y torturas. Ese año se celebraba en Punta Arenas el centenario de la llegada de José Menéndez, organizándose una serie de actos en los que participarán dos de sus más ilustres nietos, el historiador Armando Braun Menéndez y el escritor Enrique Campos Menéndez. Este último, estrecho colaborador del gobierno militar, logrará que el sanguinario dictador promulgue una ley que supone el cambio de nombre de la calle Valdivia, que a partir de entonces se llamará calle José Menéndez. Se trata del decreto nº 1040 promulgado en Santiago el 27 de mayo de 1975 y que fue publicado en el Diario Oficial de la República de Chile del 6 de junio. Lleva la firma de Augusto Pinochet Ugarte, general de ejército, dictador de Chile”. El 2015 se cumplirán 140 años de la llegada de Menéndez a la Patagonia, sería de justicia anular el decreto del dictador y rebautizar la calle con el nombre de alguno de los pueblos originarios que José Menéndez se empeñó en exterminar. Publicada en revista Punto Final Nº 811, año 48, Agosto 22/ 2014

Fuente: Contrainfo