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domingo, 26 de junio de 2016

Hacia una comunicación más democrática

Camila Correa - Frente al avasallamiento a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la Coalición por una Comunicación Democrática realizó un Encuentro Federal en la provincia de La Pampa, de donde resultó una interesante declaración sobre las necesidades y urgencias que atraviesa el campo.

Según consta en el escrito, de allí surgió “un compromiso público de parte de las nuevas autoridades nacionales de convocar a diversos actores a participar en el proceso de redacción de un anteproyecto denominado como “Ley de las Convergencias” frente a lo cual la Coalición reafirma su histórica metodología abierta para la formulación de políticas”.
En ese sentido, se reclamó que las consultas “incluyan foros federales y abiertos”, ya que se registra una “ausencia deliberada de representación federal, popular y sectorial en el seguimiento y aplicación de las políticas, a partir de las modificaciones realizadas por el gobierno nacional y que contemplaban los Consejos Federales creados por las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual y Argentina Digital”.
El colectivo expresó su preocupación por “la contratación altamente onerosa de consultoras internacionales para asesorar al gobierno en la elaboración del futuro marco regulatorio, lo cual se contrapone con los principios a favor de un debate público, abierto y de cara a la sociedad”, “la urgencia de políticas activas para la defensa y promoción del espacio audiovisual nacional” y la necesidad de “reconocimiento y defensa de todos los derechos autorales reconocidos en la ley 11.723 de Propiedad Intelectual en todas las plataformas en que se de a la difusión publica de obras musicales, argumentales y literarias”.
Si la libertad de expresión está en peligro, todas las libertades lo están
Asimismo, se destacó “la denuncia de los trabajadores de prensa de todas las centrales sindicales acerca de la pérdida de más de 2.000 puestos de trabajo en el sector durante el primer semestre de 2016” y se exigió “la plena aplicación de los postulados de la ley 26.522 respecto de las cuotas de producción nacional, local, independiente y propia”.
Se respaldó “la continuidad de la Televisión Digital Abierta” y el reestablecimiento y reconocimiento de las cooperativismo.
Por otra parte, se pidió por “una regulación de la publicidad oficial en todas las jurisdicciones (nacional, provincial, municipal), y la regulación y tributación de las plataformas digitales de distribución audiovisual de pago de creciente consumo por parte de las audiencias de nuestro país”.
Y concluyen: “Si la libertad de expresión está en peligro, todas las libertades lo están”.

Fuente: InfoBaires 24

miércoles, 22 de junio de 2016

Presentaron los diez puntos sobre la Censura en Argentina


Los analistas internacionales Fernando Buen Abad, Carlos Aznarez, Stella Calloni y la defensora del Pueblo, Cynthia Ottaviano, expusieron sobre las problemáticas que atraviesa el país a nivel comunicacional. Nucleados en el Frente de Comunicadores Populares por la Expresión de los Pueblos, la charla se realizó ayer por la tarde, a sala repleta en la Casa de la Amistad Argentino Cubana.

En ese marco, se plantearon una decena de argumentos que engloban la censura, el apagón mediático y como contrapartida se impulsa un nuevo movimiento agrupando a todos los sectores de la comunicación contrahegemónica.

Diez puntos sobre la Censura en Argentina

1. Ataque a Ley de Comunicación Audiovisual de la democracia.

2. Disolución de AFSCA y AFTIC.

3. Negación de entrega de frecuencias a radios y televisoras comunitarias: Barricada Tv, Urbana Tv, Pares Tv, Antena Negra Tv.

4. Restricción de acreditaciones de prensa para Congreso y otras dependencias.

5. Despido de periodistas en medios públicos, por sus ideas políticas. Falta de acceso a la información, de todos los despedidos.

6. Presiones a medios privados, para que quiten a comunicadores críticos con el gobierno de Mauricio Macri.

7. Judicialización de publicaciones. Causas a periodistas de investigación y medios, para ahogarlos financieramente: caso Infobaires24, Revista Barcelona.

8. Eliminación de RT y TeleSUR de TDA gratuita a todo el país. Salida del Estado de TeleSUR, siendo miembro fundador.

9. Propuesta del Ejecutivo de imponer cárcel y multas millonarias, por divulgar la identidad de personas que se acogen a “ley de blanqueo de capitales”.

10. Protocolo “Anti piquetes”, que restringe la libertad de expresión en la vía pública y las coberturas periodísticas sobre las mismas.




miércoles, 15 de junio de 2016

Un argentino encabezó la construcción del tunel más largo del mundo

Un ingeniero civil argentino fue jefe de proyecto de la construcción del túnel más largo del mundo que comunica las ciudades suizas de Erstfeld y Polleguio y atraviesa el macizo de San Gotardo en los Alpes. La obra demoró 17 años y requirió una inversión de 12 mil millones de dólares.

Un argentino encabezó una hazaña de la ingeniería civil inaugurada el pasado 1 de junio, el túnel ferroviario más largo del mundo que comunica las ciudades suizas de Erstfeld y Polleguio y atraviesa el macizo de San Gotardo en los Alpes. La obra demoró 17 años y requirió una inversión de 12 mil millones de dólares.
Leonardo Rondi, de 55 años, ingeniero civil graduado en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), trabajó desde el principio en el proyecto de San Gotardo. Cumplió distintas funciones en su rol de jefe de proyecto: “Lo primero fue la parte civil de la obra, la excavación, que se terminó en 2011. Luego se siguió trabajando en la parte electromecánica y en toda la técnica ferroviaria, la ventilación, el equipamiento… Y llegamos a hoy, el día que puede pasar un tren. He aprendido muchas cosas”, declaró a los medios.


Veterano de la Guerra de Malvinas, Rondi se fue a Milán hace 25 años por una beca, estudió en Italia, también en Alemania, y se especializó en tunelería. Hace 17 años, la empresa suiza Lombardi lo contrató para desarrollar este proyecto. Ahora regresará a nuestro país para dar una serie de conferencias y en sus planes hay dos proyectos también de gran impacto: la Autopista Ribereña (que correría en parte en un túnel a lo largo de Puerto Madero) y el Túnel de Agua Negra que comunicará San Juan con la región chilena de Coquimbo a través de la Cordillera de Los Andes y del cual es el director general.
El túnel de San Gotardo se convirtió en el más largo y profundo del mundo con 57,1 kilómetros de longitud y que discurre por debajo de 2,3 kilómetros de roca (en su punto más profundo). Con apenas 20 minutos de recorrido, esta infraestructura ferroviaria reducirá el tiempo de tránsito por uno de los ejes de transporte más importantes de Europa, por el que circulan cada año 26 millones de toneladas de mercancías. De esa cifra, el 80% es carga en tránsito por Suiza, lo que evidencia la importancia para el comercio europeo de esta nueva vía férrea para trenes de alta velocidad. El inicio de la explotación comercial está previsto para el 11 de diciembre próximo.


Fuente: El Federal

viernes, 10 de junio de 2016

“Estados Unidos es un ejemplo claro de democracia elitista”

Telma Luzzani* - El sistema para elegir los candidatos a la presidencia es difícil de entender incluso para los propios ciudadanos que votan, explicó la investigadora Silvina Romano. Hay tantos filtros y su elección es tan indirecta que finalmente una minoría privilegiada es la que termina decidiendo quiénes pueden aspirar a la Casa Blanca.

Son varios los cuestionamientos que Romano, doctora en Ciencias Políticas, hace a la democracia estadounidense. Ella se pregunta si se puede llamarse “representativa del pueblo” una democracia en la que la elección presidencial es tan indirecta. “Hay tantas instancias que finalmente una elite reducida toma las decisiones por la mayoría. Es una democracia que está a una gran distancia del pueblo al que supuestamente representa”.
En referencia a los candidatos opinó que “Trump dice a cada público lo que quiere escuchar y por eso nadie sabe cuál va a ser su verdadera política si llega a la Casa Blanca”. Sobre Clinton aseguró  que “tiene a favor el establishment y que es la primera mujer aspirante” y de Bernie Sanders que propone “políticas de bienestar que no se veían en EEUU desde los años 60”.
Estuvo como invitado especial José Schulman, secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, quien hizo un relato conmovedor sobre su reciente viaje a los territorios palestinos ocupados por Israel. Schulman fue en una delegación latinoamericana. Conoció el padecimiento de los presos políticos en las cárceles de Israel así como la grave situación de la población palestina por la falta de agua a raíz de que es Israel quien controla los recursos hídricos de la región. Schulman comentó además cómo vive la sociedad israelí el actual momento político y la permanente tensión con los palestinos.
En este programa Voces del Mundo se analizó además cómo refleja la prensa peruana los ajustados resultados de las últimas elecciones presidenciales y la situación de Chile en relación a las marchas estudiantiles que piden cambios en la educación.

* Periodista. Por más de 20 años trabajó en el diario Clarín donde realizó coberturas de hechos históricos como la caída de la Unión Soviética, el pasaje de Hong Kong a China y la guerra entre Líbano e Israel y fue jefa de edición de la sección internacional. Columnista en Radio Nacional y co-conduce el programa Visión 7 Internacional en la Televisión Pública de Argentina. Es autora de varios libros, entre ellos: “Territorios vigilados: cómo opera la red de bases norteamericanas en Sudamérica”. Vive en Buenos Aires.


Fuente: Sputnik Mundo

martes, 7 de junio de 2016

Néstor y Mauricio y el acto de descolgar cuadros y pedir disculpas

Eduardo Di Cola* - Un abismo en la diferencia de sentido para una misma acción. Una inconmensurable distancia entre el significado de dos actitudes iguales. Un simple acto, tan sencillo como es el de descolgar un cuadro puede poner en evidencia la filosofía de una gestión de gobierno, con más contundencia que una decisión de fuerte contenido económico. Los dos en su tiempo, Kirchner y Macri, uno descolgando el cuadro del genocida Videla y el otro removiendo del despacho presidencial los de San Martín y Belgrano, resultan más que suficiente para entender las diferencias y lo que nos está pasando. No es una casualidad y mucho menos se trata de actitudes divorciadas de lo que sustancialmente cada uno piensa.
La historia se repite. Ayer con los cuadros, hoy con el pedido de disculpas. De ahí que no deba extrañarnos la actitud del Ministro Prat Gay en España disculpándose en nuestro nombre ante quienes nos saquearon, los mismos que están presos en su propio país por haber cometido delitos similares.
De nuevo, una misma y simple actitud que surge como gesto de buena educación y en principio inocua, marca una sustancial diferencia en lo esencial. Cuando Néstor Kirchner pidió disculpas lo hizo en nombre del Estado por las atrocidades cometidas en contra de sus propios ciudadanos. Los dos apelaron a las disculpas, pero ¡Que distancia en su significación!.
Si estuviéramos frente al desafío de definir a la actual gestión en unas pocas palabras, nos bastaría con simplemente comentar que es el gobierno que se disculpó ante España y cuyo Presidente retiró de su despacho los cuadros de San Martín y Belgrano. Todo lo demás, lo económico, cultural, político y social, es su lógica consecuencia.
Cuando Hipólito Yrigoyen ganó las elecciones, fue entrevistado por el Embajador inglés para recordarle la costumbre de los presidentes argentinos de consultarlo para las designaciones en su gabinete. Yrigoyen le respondió notificándole que esa costumbre con él había terminado. Cuando asume, el embajador insiste pidiéndole una entrevista, y para que no quedaran dudas de cual era la decisión, Yrigoyen acondicionó la sala de espera de tal forma, que el embajador tuvo que aguardar ser atendido sentado de frente a un cuadro que mostraba al comandante ingles William Beresford derrotado en la primera de las invasiones inglesas. También en este caso la mera anécdota de un cuadro es suficiente para comprender y definir la orientación de un gobierno como fue el de Don Hipólito.

* Ex Diputado Nacional y ex Presidente de la Comisión Investigadora de Fuga de Divisas de la Cámara de Diputados años 2002/03.

domingo, 5 de junio de 2016

Involuciones

Atilio Borón* - Con el cambio de gobierno la Argentina ha experimentado un doble tránsito involutivo. Por un lado, desde una democracia capitalista -con todas las insalvables limitaciones que el capitalismo impone a la democracia, sobre todo en la periferia del sistema- a un régimen semi-autoritario o, para decirlo con palabras un poco más amables, a una democracia de baja intensidad; por el otro, una transición desde un estado soberano a otro de carácter semi-colonial, presto a obedecer los mandatos emanados de Washington alineándose incondicionalmente con la política exterior de Estados Unidos.
En relación a la primera involución los gestos y las decisiones políticas adoptadas por la Casa Rosada han sido de una elocuencia ejemplar y sería ocioso enumerarlos en su totalidad.
Baste en cambio señalar apenas los más importantes: la autocrática pretensión de designar por medio de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del Poder Ejecutivo a dos jueces de la Corte Suprema; la aplicación de una brutal terapia de shock para “sincerar” la economía argentina, eufemismo acuñado para ocultar el saqueo del “tarifazo”, la caída del salario real, el aumento del desempleo, la disparada inflacionaria y el vertiginoso crecimiento de la pobreza; la escandalosa transferencia de ingresos realizada en los primeros meses del gobierno, calculada en poco más de 20.000 millones de dólares producto de la eliminación de las retenciones (impuesto a las exportaciones) del agronegocio, la minería y los hidrocarburos.
En el terreno político se registra un debilitamiento del impulso democrático cuando se toman decisiones trascendentales sin un previo debate público y en función de criterios supuestamente técnicos. Un gobierno que se impuso en el balotaje con un exiguo 51.4 % de los votos y que actúa como si su legitimidad de origen reposara sobre un mandato popular conferido por el 70 % o más de los electores, sin reparar que se yergue sobre un país partido en dos y que la búsqueda del diálogo y el consenso tantas veces pregonado por los personeros de Cambiemos durante la campaña electoral es un imperativo categórico que fue velozmente archivado una vez que Mauricio Macri llegara a la Casa Rosada.
El caso de los desorbitados aumentos en los precios de los servicios esenciales como el agua, la electricidad, el gas y el transporte impuestos sin las necesarias audiencias públicas previas que establece la legislación argentina ilustra con elocuencia lo que venimos diciendo. Es cierto que, en algunos casos, ante el descontento popular y los límites impuestos por fuerzas políticas de la oposición el gobierno se avino a revisar sus propuestas. Pero sus intenciones originales eran otras, y si aceptó la negociación democrática lo hizo a regañadientes y porque no tenía otra alternativa.
Por otra parte, la misma composición del elenco gobernante con una significativa presencia de CEOs de grandes transnacionales echa luz sobre el carácter oligárquico del gobierno, que se ve ratificado no sólo por el origen social de los supuestos representantes de la voluntad popular encumbrados en las alturas del aparato estatal sino fundamentalmente por las políticas que promueven que, al menos hasta el momento, sólo han beneficiado a las clases dominantes y perjudicado a todas las demás.
Involución autoritaria que se confirma también cuando se nota la asfixiante uniformidad comunicacional (salvo muy contadas excepciones) que hoy sufre la Argentina debido al DNU 267 de Macri que derogó parcialmente la Ley de Medios –manotazo presidencial lamentablemente convalidado después por la Cámara de Diputados- cuyo objetivo era precisamente la democratización de la esfera pública.
Por eso episodios tan graves como los que revelaron los Panamá Papers, y que comprometen la propia figura presidencial, han sido meticulosamente blindados ante los ojos de la población por un sistema de medios cuya misión parece ser manipular o confundir a la opinión pública en lugar de informarla. La voluntad de imponer el “pensamiento único” amparado por el oficialismo se manifestó en la eliminación de la grilla de los canales de cable de la señal noticiosa internacional de TeleSUR, condenando a los argentinos a escuchar tan sólo lo que el imperio considera apropiado, coartando de raíz cualquier posibilidad de contraponer hechos e interpretaciones alternativas.
Por comparación al pluralismo de voces y opiniones que hasta hace pocos meses existía en la Argentina, que sin dudas no era el ideal por el aplastante predominio que aún así conservaban los medios hegemónicos, la situación actual no puede sino calificarse como un lamentable retroceso que empobrece la conciencia de la ciudadanía y carcome la vitalidad de la democracia porque ésta adquiere una existencia meramente espectral cuando lo que predomina en el sistema de medios es una sofocante oligarquía comunicacional.
En esta tendencia se inscribe la más reciente decisión del gobierno nacional derogando parcialmente, también por un DNU, un decreto del Presidente Raúl Alfonsín del año 1984 que consagraba el control civil de las fuerzas armadas. Según el mismo era el Ministerio de Defensa quien entendía y resolvía todo lo relativo a los ascensos, traslados, designaciones, premios y otras cuestiones relativas al funcionamiento de las instituciones militares. La supremacía civil sobre las fuerzas armadas es una de las señas distintivas de la democracia y lo que, hasta ahora, distinguía a la Argentina del resto de los países de la región. Lo que hace el DNU de Macri es debilitar esa supremacía y alentar la autonomía corporativa de los uniformados, lo que acercaría la Argentina a la triste situación imperante en países como Brasil y Chile, en donde las iniciativas de verdad, justicia y castigo a los responsables de los crímenes perpetrados por las dictaduras se estrellaron contra el veto del establecimiento militar.
La segunda involución es la que se produjo cuando el gobierno abandonó cualquier pretensión de autonomía en materia de política exterior haciendo suya la agenda, las prioridades (¡y los conflictos!) de los Estados Unidos. La Argentina ya intentó probar las virtudes de la sumisión neocolonial en los nefastos años noventas, durante la presidencia de Carlos S. Menem y así nos fue. Sin recibir nada a cambio, ningún beneficio especial como recompensa a tanta obsecuencia oficial, se pagó un precio atroz por tanta obsecuencia: 106 personas perdieron la vida en los dos atentados en contra de la Embajada de Israel y la AMIA, en represalia por la participación argentina en la Primera Guerra del Golfo. ¿Por qué la historia habría de ser diferente esta vez? La vociferante ofensiva en contra de una política exterior latinoamericanista -la única sensata en un sistema internacional atravesado por amenazantes turbulencias- que se expresa en la deserción del macrismo frente a proyectos como los de la UNASUR y la CELAC nada bueno presagia para el tan cacareado como enigmático “regreso al mundo” de la Argentina.
Precisamente, una inserción fecunda en él sólo será posible desde una postura de autonomía -por supuesto que siempre relativa- que preserve los intereses nacionales y no desde una condición de sumiso peón en un peligroso tablero mundial cuyas fichas el emperador mueve a su antojo, y solamente atendiendo a sus propios intereses y no a los de sus serviles vasallos. En las últimas semanas esta actitud ha sido atemperada, por razones oportunistas, debido a que la postulación de la actual canciller Susana Malcorra a la Secretaría General de la ONU requiere un cierto consenso entre los países del área y otros del Tercer Mundo, algo imposible de lograr si con tono desafiante se exaltan las virtudes del alineamiento automático con Estados Unidos.
Pese a la mayor cautela en la retórica primermundista las incorrectas decisiones de fondo del gobierno de Macri siguen en pie. La adhesión a la Alianza del Pacífico sólo puede traer renovadas dificultades para la Argentina, lo mismo que el eventual ingreso al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por su sigla en inglés), habida cuenta de que ambas iniciativas fueron diseñadas por Washington con un claro propósito geopolítico: contener y, de ser posible, revertir la creciente gravitación de China en la economía y la escena internacionales.
Pero el gigante asiático es uno de los dos principales socios comerciales y financieros de la Argentina, por lo cual asociar este país a acuerdos concebidos con tal objetivo difícilmente puede servir para mejorar los vínculos entre Beijing y Buenos Aires. Tampoco servirá para robustecer las relaciones con Rusia, un importante foco de poder en el cambiante sistema internacional.
Por otra parte, a nadie se le escapa que el TPP, que es el proyecto más ambicioso, ha despertado crecientes resistencias en buena parte del mundo. Y que la Alianza del Pacífico es una inverosímil creación estadounidense que congrega a cuatro países: México, Colombia, Perú y Chile que mantienen tenues vínculos comerciales entre sí, con lo cual sus motivaciones geopolíticas “anti-chinas” afloran con inusitada transparencia y no han pasado desapercibidas para los gobernantes de la China. Países, además, en donde dos de ellos, México y Colombia, han sido devastados por el narcotráfico que ha infestado todos los estamentos de la vida estatal.
No parece una buena opción para la Argentina subirse a un vehículo tripulado por semejantes actores. Pese a estos antecedentes, subsiste en el gobierno la ilusoria y suicida creencia de que con la sumisión al imperio este país se verá favorecido por una lluvia de inversiones externas. El abandono de una política exterior independiente -que por serlo ha generado la permanente animosidad de los Estados Unidos desde la época del Congreso Anfictiónico de Panamá, en 1826- sólo puede traer nuevos infortunios a la Argentina.
Para los muchos y muy diversos enemigos que Washington tiene en los cinco continentes el nuevo e indefenso aliado sudamericano será un blanco fácil de atacar, mientras que la burguesía imperial jamás estará dispuesta a recompensar a su voluntario peón con la magnanimidad que el ocupante de la Casa Rosada imagina. No lo hizo con México ni con los otros integrantes de la Alianza del Pacífico, y menos lo hará con la lejana e impredecible Argentina. Para concluir, este doble tránsito hacia el semi-autoritarismo y la semi-colonia nada bueno augura para el futuro de este país.

* politólogo y sociólogo argentino, doctorado en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Es autor de varios libros de ciencia social y filosofía con orientación marxista y con una apuesta política clara de compromiso con el socialismo para América Latina.