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domingo, 25 de junio de 2017

Brillo opaco

Todo ciudadano tiene derecho a elegir y ser elegido, de eso no cabe ninguna duda ni hay que cuestionarlo. Los partidos políticos, desde sus plataformas, intentan materializar sus proyectos y consignas con aquellas personas que mejor las interpretan y mayor capacidad de gestión tienen. Y es allí donde surgen los cuestionamentos. A lo largo de la historia política moderna en Argentina, siempre ha quedado demostrado que quienes saltan de la pantalla a la política no logran buenos resultados de gestión, pero sí logran lo que buscan los partidos políticos que es el éxito electoral. Estas PASO modelo 2017 no serán la excepción de encandilar con un brillo fulgurante, el electorado tiene la decisión final. 




sábado, 24 de junio de 2017

Barricada TV y el desafío de ser alternativo en la TDA

Surgido a fines de los '90, es uno de los 4 canales comunitarios con lugar en la grilla.

Es lunes a la tarde y las máquinas de IMPA están apagadas. El silencio perturbador de la fábrica en reposo impide imaginar la revolución que ocurre en el cuarto piso. Allí, detrás de una puerta metálica que aísla el olor que deja la transformación industrial del aluminio, unas diez personas corren de un estudio a otro preparando todo para la grabación de La política por otros medios, uno de los programas que componen la grilla de Barricada TV, el primer canal comunitario de la Ciudad en llegar a la Televisión Digital Abierta y que, desde mañana, se podrá ver en el canal 32.1.
"Barricada no es solo un canal de televisión. Es una herramienta de un proyecto más grande de transformación social", explica Natalia Vinelli a Tiempo antes de iniciar la grabación del programa. "Una herramienta que pueda acompañar a los que vienen peleando, y más ahora", completa una de las referentes del canal.
Barricada TV es una de las cuatro señales comunitarias que ganaron los concursos de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) a fines de 2015 para salir por TDA. Habían pasado cinco instancias de revisión técnica con el puntaje máximo. Pero la buena noticia llegó dos días después del balotaje presidencial. Luego vinieron los decretos que voltearon la "ley de medios", la desaparición de la AFSCA y el retroceso en las políticas de fomento de pluralidad.
Un año les llevó lograr que el Enacom reconociera que Canal 13 estaba transmitiendo ilegalmente en su frecuencia y les asignara otra (ver aparte). Pero en la calle se forjó esta iniciativa y allí pretenden seguir. De ahí, también, el nombre del canal.

Los inicios

"Barricada es un proyecto que surge en el año '98 en el contexto del movimiento piquetero con las experiencias de cine militante. Ahí ya empezó a salir la idea de hacer un canal de televisión, aunque era apenas un sueño", cuenta Vinelli, integrante del grupo fundador. "Después de 2001 empezamos a trabajar haciendo emisiones de televisión con el Movimiento de Trabajadores Desocupados Teresa Rodríguez. Llevábamos un pequeño transmisor, subíamos una antena al punto más alto que pudiéramos, hacíamos un set de TV y emitíamos. Era impresionante lo que pasaba en el barrio: era el impacto de ver personas que nunca habían tenido posibilidad de expresar en la TV sus problemas, sus intereses y sus demandas", recuerda.
Claro que no era un lenguaje televisivo, reflexiona Vinelli. Eso los llevó a organizar talleres de formación en TV y, en 2008, a iniciar el primer noticiero popular.
Una de sus primeras ediciones fue la cobertura de una protesta para modificar la Ley de Radiodifusión de la dictadura. El programa que entonces fue subido a YouTube llevaba el reclamo de que los medios comunitarios fueran incluidos en el proyecto de lo que sería la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El miércoles próximo, la nueva emisión del noticiero será la primera transmisión en vivo del canal y podrá ser vista por TDA en toda el AMBA.


El desafío de la masividad

"De entrada nos propusimos hacer un canal lo más profesional posible. Entendemos que si vamos a hablar de TV alternativa no quiere decir berreta o mal hecha", aclara Vinelli, que bucea en la comunicación popular desde su época de estudiante (y luego docente) en la Carrera de Comunicación Social de la UBA. "Si queremos superar el cerco de los que piensan como nosotros, tenemos que llegar a un público más amplio. Y eso quiere decir pensar en una programación que tenga profesionalidad, una preocupación estética, que se escuche bien, que pueda ser entretenida. Esa es nuestra intención, la pelea por la masividad".
El mate circula en el sala de producción y por los monitores se ve a los camarógrafos acomodando la escenografía. Uno se sienta en la silla del invitado y prueba el micrófono, las luces. Hay chistes y nervios.
"El tipo de periodismo que queremos hacer es autogestionado, y estar en una fábrica recuperada nos iluminó mucho", añade Vinelli. "Porque acá te encontrás con un grupo de laburantes que puso en marcha una fábrica y se ocupó de todas las zonas que no eran de producción y que se supone que estaban reservadas para otros saberes. Demostraron que se puede sostener, hacer balances, marketing y colocar en el mercado capitalista los productos que producen. Eso nos marcó la pauta", añade.
Lucía Maccagno ceba un mate más y asiente a su lado. Ella tiene a cargo muchas de las cuestiones burocráticas y aprendió en estos años a llevar la parte contable y la búsqueda de financiamiento. También cuenta que para entrar en la disputa por la atención del público, Barricada pensó una programación inicial de 14 horas diarias que luego se irá incrementando.
Además del noticiero, contarán con programas de economía, de cultura y de deportes. Qué culpa tiene el tomate será su programa de cocina y tendrán otro de discapacidad, que surgió por iniciativa de un vecino. El barrio y las empresas recuperadas también tendrán su espacio, así como el programa sobre medios y política.
"Hacer las cosas chiquitas no nos conviene, no les conviene a los trabajadores, ni al pueblo", provoca Vinelli. "Nos han acostumbrado a conformarnos con los márgenes, pero tenemos que tratar de hacerlo crecer porque no solo proponemos otra comunicación sino un mundo en el cual no haya exclusión. Entonces, los medios que tenemos que construir tienen que estar a la altura o asumir el desafío de disputar sentido". «


Un intruso llamado Clarín y el aumento de potencia

"El lunes pasado teníamos como 200 mensajes de WhatsApp desde Pacheco, Moreno, Quilmes y hasta de Carmelo (Uruguay)", cuenta Lucía Maccagno, una de las jóvenes integrantes de Barricada TV. Eran televidentes que respondían al pedido que se cruzaron en pantalla al hacer zapping.
El mecanismo le servía a Barricada TV para testear que la señal llegara bien y que no hubiera ninguna sorpresa, como la que sufrieron en 2016 al ver que su señal apenas alcanzaba cuatro cuadras. En el resto de la Capital se veía a Canal 13, que tenía una autorización precaria para experimentar en esa frecuencia.
Un año les tomó ser escuchados por Enacom que, en lugar de respetar lo que habían ganado por concurso, los corrió al canal 32.1. Eso les generó costos inesperados por los que no fueron indemnizados (hay equipos específicos que ya habían adquirido y otros que tuvieron que adaptar), pero también les permitió mejorar su alcance. Como Barricada también tiene licencia de operador, Enacom les pidió que transmitan la señal de Comarca Si, de Vicente López, algo que implicó una mejora en el radio de cobertura de 11 a 17 kilómetros.

jueves, 15 de junio de 2017

Por qué nuestra generación está obsesionada con el dinero, el estatus y el poder

Tiffany Masters, 38 y su equipo Cabana Candy en el Hard Rock Hotel y Casino de Las Vegas, 2010. Masters dirige una empresa que consigue acceso a clubs nocturnos y atracciones de la ciudad para sus clientes. Cuenta con un equipo de chicas jóvenes y atractivas a las que llama las Arm Charms para proporcionar a sus clientes una “experiencia de estrella del rock”. Todas las fotografías por Lauren Greenfield, cortesía de Phaidon
Juanjo Villalba - Desde los años 90 estamos fascinados con el consumo, con nuestros cuerpos y con ser famosos. Reflexionamos sobre todo esto a través del nuevo libro de Lauren Greenfield.

Se dice que todo empezó en Los Ángeles a principios de los años 90. Un movimiento extraño que llega hasta nuestros días, en el que el consumismo salvaje y la obsesión por la fama comenzaron poco a poco a conquistar el mundo.
De alguna forma, ese es el espíritu de Hollywood. Cualquiera puede ser la próxima estrella, pronto seremos millonarios y saldremos por la tele. ¿Qué podría pasar para que no fuera así? No es casual que en torno al año 1992 MTV comenzara su metamorfosis.

Ashleigh, 13, en casa con su amiga y sus padres el día de su bat mitzvah, Santa Monica, 1993. Su madre dice: “Ashleigh ha sido la estrella del día. Es como un capullo de rosa que florece”. © Lauren Greenfield / INSTITUTE
En su programación aparecieron poco a poco los realities, un nuevo tipo de programas que de alguna forma todos sabíamos que eran una mierda, pero que no nos dejaban quitar los ojos de la pantalla.
Una fórmula televisiva que en los años posteriores cosechó sus mayores éxitos internacionales mostrando la vida diaria, de forma más o menos guionizada, de jóvenes extremadamente ricos. Fue el caso, por ejemplo, de My Super Sweet 16de MTV, pero también de los archiconocidos The Simple Life o Keeping up with the Kardashians. La riqueza de sus protagonistas deslumbró a los jóvenes de medio mundo que, atenazados en una sociedad que no les ofrecía un futuro muy brillante, soñaban cada día con tener todo lo que deseaban sin hacer el más mínimo esfuerzo.
Esta fascinación por la vida de los ricos se había estado gestando en la ficción televisiva desde unos años antes. Las series norteamericanas de los 70 y 80, contaban historias de gente real que solía vivir en la costa este del país, familias con problemas en los que muchos nos veíamos reflejados, incluso en este lado del mundo. Es el caso de Roseanne o de la policíaca Canción Triste de Hill Streetque se desarrollaba en una mugrienta ciudad del norte que podía ser Chicago o Nueva York.
Pero las series que realmente lo petaron en los 80 fueron Dallas, Dinastía o Falcon Crest, con sus familias forradas, viñedos, pozos petrolíferos, fiestas de etiqueta e interminables intrigas, con su mobiliario blanco y dorado (que alguien me dijo alguna vez que se fabricaba en Valencia y que sigue estando muy de moda entre los jeques árabes para amueblar sus pisitos en la Costa del Sol).
Los nacidos en los 80 probablemente también os acordáis bien de estos dramas resplandecientes con cientos de capítulos a los que nuestros padres estaban enganchadísimos.

El rapero Tupac Shakur, 24 y Suge Knight, 30 cofundador y CEO de Death Row Records, Las Vegas, 1995.Un mes antes, Knight, un creador de estrellas de rap con un toque de padrino, pagó la fianza de Tupac para sacarlo de la cárcel a cambio de un contrato para grabar tres discos. © Lauren Greenfield / INSTITUTE
Por si esto fuera poco, el marketing y la publicidad comenzó en estos años a tener en su punto de mira a los más jóvenes y a una escala global. Toys R Us llega a España en 1991 e ir a comprar un juguete allí, pillando el coche, saliendo de la ciudad hasta llegar a un polígono, se parecía tanto a una película que nos encantaba. Molaba mucho más que ir a la tienda de juguetes del barrio. El desierto de California y, en mi caso, el que rodea Zaragoza, tampoco eran tan diferentes.

Lindsey, 18, en una fiesta del 4 de julio tres días después de su rinoplastia, Calabasas, California, 1993. Cinco de sus mejores amigas del Instituto de Calabasas ya han pasado por una operación de cirugía estética. © Lauren Greenfield / INSTITUTE
Aparte de todo este entramado sociocultural y metiéndonos más en aspectos puramente económicos, la brecha entre ricos y pobres de nuestras sociedades no ha hecho más que ampliarse desde los 90. A nivel español, en determinados ambientes el pelotazo y el ladrillazo son mucho más respetados y aplaudidos que el esfuerzo y la ética. La onda expansiva de la bomba de la crisis económica mundial que seguimos sufriendo todavía se activó en algún momento a mediados de los 90, pero nosotros entonces no teníamos ni idea. Echando la vista atrás sí que detecto indicios incluso en mi vida personal.

Becky, 20, participa en el concurso de bikinis del Spring Break en Panama City, Florida, 2000. © Lauren Greenfield / INSTITUTE
Recuerdo a algunos colegas de mi barrio diciéndome que para qué iban a estudiar si currando en la obra podrían comprarse un BMW en un año o incluso al instante y ya lo pagarían después. Otros iban aún más allá, ¿para qué estudiar si el objetivo principal es entrar en Gran Hermano? No hacía falta tener pasta para vivir como un rico. Ya sabes, como se dice ahora: "Fake it, till you make it". Aunque entonces no sabíamos nada de eso.
Otra cosa que se volvió imprescindible de la noche a la mañana fue preparar el cuerpo: no te iban a pillar en ningún casting si eras un tirillas o estabas plana. El cuerpo se convirtió en un escaparate y muchos le dedicaban toda su atención. Y cada vez desde más jóvenes: gimnasio, silicona y trucos de maquillaje por YouTube. Un novio mazado o un buen pivonazo. Un caldo de cultivo perfecto para el surgimiento un neomachismo que se parecía mucho al viejo y que ha hecho que la lucha feminista sea más necesaria que nunca. La objetivización de la mujer nunca había alcanzado estos niveles.

Un VIP “makes it rain” cientos de dólares en una noche de lleno absoluto en el Marquee, un club que suele estar en la lista de los mejores y más rentables locales de los Estados Unidos, Las Vegas, 2012. El rapero Fat Joe fue quien puso de moda esta práctica en los clubs gracias a su canción con el mismo título. © Lauren Greenfield / INSTITUTE
Gente como Rafa Mora o Ylenia lo consiguieron, por qué no cualquiera de nosotros. Su historia sigue siendo el sueño de muchos. Y qué decir de Donald Trump, el presidente del país más poderoso de la tierra es un constructor de éxito, que vivía en un ático gigante en Manhattan decorado como un palacio de Luis XIV, en una torre que lleva su nombre en letras de oro, protagonista durante 15 años de un reality en la tele, con una mujer florero… Ningún sociólogo podría haber pensado en un colofón mejor a esta era del consumismo salvaje que, por ahora, está lejos de terminar.

Kailia Deliz, 5, recibiendo su premio en dinero en metálico tras ganar el certamen de belleza “Summer Fun” de Ventura County, Oxnard, California, 2011. Al año siguiente, Kailia ganó 10.000 dólares en el concurso de belleza Universal Royalty National, una competición que apareció en el programa de TV Toddlers and Tiaras. © Lauren Greenfield / INSTITUTE
Porque aunque la crisis económica de 2008 nos hizo parar y reflexionar un poco, aunque surgieron movimientos críticos como Occupy en Estados Unidos o nuestro 15M, ¿no tenéis vosotros también la sensación de que hemos aprendido más bien poco de todo esto? No hemos salido todavía de la recesión y ya parece que todo está volviendo a ser como era antes. ¿Habéis intentado alquilar últimamente un piso en Madrid o Barcelona?

Ariano, 26 y Lucas, 23, son estudiantes de secundaria y amigos. En la foto muestran las carcasas de sus móviles de Louis Vuitton mientras se preparan para salir de ligoteo en el club Marquee de Las Vegas, donde reservar una mesa requiere asegurar un gasto mínimo de 10.000 dólares, 2012. © Lauren Greenfield / INSTITUE
En su nuevo libro (y futuro documental), Generation Wealth publicado este mes por Phaidon, la fotógrafa y realizadora Lauren Greenfield resume magistralmente en imágenes y testimonios toda esta época. A él pertenecen todas las fotografías que aparecen en este artículo.


Greenfield comenzó haciendo fotografías de la juventud de Los Ángeles a principios de los 90 y, sin ser muy consciente de ello en ese momento, fue documentando cómo esa cultura basada en el consumismo, el culto al cuerpo y la búsqueda de la fama se fue extendiendo a todo el país y posteriormente al mundo entero. Greenfield ha recorrido Estados Unidos, Rusia, Dubai y China, entre otros países, dejando testimonio de esta extraña época y de sus consecuencias tras la crisis financiera mundial. Sus fotos nos muestran el esplendor de una edad de oro y también sus miserias más terribles.

Fuente: Vice

domingo, 4 de junio de 2017

Profecías de los Gaddafi: "Libia se convertirá en otro Afganistán y los terroristas llenarán Europa"

Henry Pinto - A inicios del 2011 Muammar Gaddafi hablaba alto y claro sobre las consecuencias que tendrían su caída y el triunfo de los alzados en armas en Libia, pero los que antes de fotografiaban con él e incluso recibieron su dinero para sus campañas electorales no quisieron escucharle.

Cada vez que hay un atentado en el Reino Unido, Francia, Bélgica, Siria, Turquía, Túnez y otros países hay que volver la vista atrás y recordar a los enemigos de Occidente derrocados, integrantes del denominado 'eje del mal' como eran Saddam Hussein primero, Muammar Gaddafi, después y a los esfuerzos que aúnan muchos para que caiga el tercero: Bashar al Assad.
Occidente no aprende de sus errores y al igual que ocurrió en Irak, la caída del líder libio condenó a su país y la mezcla de lo hecho en Irak, Libia y después en Siria tienen en jaque a la sensación de seguridad de los países occidentales.

Las profecías de Muammar Gaddafi y su hijo

Occidente a través de la OTAN se empeñó en el 2011 en acabar de una vez con todas con Gaddafi y cobrar de paso viejas facturas. Las advertencias del líder libio en marzo de ese año a través de una entrevista concedida a RT cayeron en saco roto: "Yo personalmente juego un papel estabilizador en la región de África. Si la situación en Libia es desestabilizada, Al Qaeda mandará aquí. Libia se convertirá en el segundo Afganistán y los terroristas llenarán Europa".
"Habrá millones de negros que llegarán al Mediterráneo para cruzar Francia e Italia y Libia juega un papel en la seguridad en el Mediterráneo", aseguró el exlíder libio en su entrevista a la cadena de televisión France 24 meses antes de ser asesinado. "Libia puede convertirse en la Somalia del norte de África", aseguró.
El segundo hijo de Gaddafi, Saif al Islam, también lanzó diversas advertencias: "Veremos a los piratas atacando en Sicilia, en Creta, en Lampedusa". "Ustedes verán a millones de inmigrantes ilegales. El terror está a la vuelta de la esquina", dijo en marzo del 2011 citado por 'New York Daily News'.
Las consecuencias
Los terroristas en el norte de África no solo han aumentado sus arsenales con las armas del derrocado régimen de Gaddafi, sino que también han desplegado una red de campos de entrenamiento para insurgentes.
Tal y como afirmaba el derrocado Gaddafi, el Reino Unido, Francia, Bélgica y Alemania, entre otros, son escenario de una sucesión de atentados: así, el nivel de la amenaza terrorista en dichos países es máximo. Tras los atentados en Londres, Mánchester, París, Niza, Bruselas y Berlín aeropuertos, estaciones de trenes, eventos de diversa índole y otros lugares públicos están totalmente tomados por las fuerzas de seguridad. Las alertas y evacuaciones por paquetes sospechosos o por simple pánico están a la orden del día.
Si a lo anterior sumamos lo ocurrido en Siria y las 'primaveras árabes', apoyadas por Occidente y las intervenciones militares lideradas por Estados Unidos en Oriente Medio, nos encontramos con una mezcla que ha provocado el éxodo masivo de miles de personas y entre ellas se camuflan muchos terroristas, amén de residentes en Londres, Bruselas y París que fueron a Siria e Irak, atendiendo la llamada del califato. Estos, ahora con instrucción militar gracias en parte a esas armas que estaban en poder del gobierno libio o sirio, las recibidas de las petromonarquías del Golfo y otras cedidas alegremente por Occidente, cometen atentados indiscriminados o preparan a otros jóvenes fáciles de manipular, por lo que parece que lo ocurrido en el Puente de Londres, el mercado de Borough y el Manchester Arena, lamentablemente es el principio de muchos días de terror.
¿Y ante eso qué se puede hacer? La Policía Metropolitana de Londres decía la noche del sábado y la madrugada del domingo: "Corran, huyan lo más lejos que puedan". La irresponsabilidad de unos y el fanatismo e ignorancia de otrostienen en jaque a la sociedad occidental, mientras en Kabul, Damasco, Beirut, Bagdad, Trípoli, Bengasi y Estambul ya llevan años padeciéndolo.

Click para ver el video

Fuente: RT

jueves, 1 de junio de 2017

Historia de la deuda externa argentina

EN CONSTRUCCION

A lo largo de su historia, Argentina atravesó por varios ciclos en endeudamiento y desendeudamiento, en general acompañados de profundos cambios en las políticas económicas y crisis institucionales.
La primera situación en la cual el país contrajo enormes deudas sucedió pocos años después de constituirse como nación independiente. Con la crisis de 2001, el país entró en suspensión de pagos (default) de su deuda externa, la cual ascendía a 144 000 millones de dólares. En mayo de 2014 se cierra el acuerdo para salir del default con el Club de París por 9500 millones de dólares. A partir de inicios del 2016, se implementaron políticas que habilitaron a que el gobierno federal, provincial y los sectores financieros contrajeran deudas por valores que alcanzan el 30% del Producto Interno Bruto (PIB).

Siglo XIX

El empréstito Baring Brothers


La historia de deuda pública argentina comienza cuando la Junta de Representantes de Buenos Aires sanciona el 19 de agosto de 1822 una ley que facultaba al Gobierno a «negociar, dentro o fuera del país, un empréstito de tres o cuatro millones de pesos valor real». Los fondos del empréstito debían ser utilizados para la construcción del puerto de Buenos Aires, el establecimiento de pueblos en la nueva frontera, y la fundación de tres ciudades sobre la costa entre Buenos Aires y el pueblo de Carmen de Patagones. Además debía dotarse de agua corriente a la ciudad de Buenos Aires. Manuel José García, Ministro de Finanzas de Bernardino Rivadavia pidió un empréstito de 2.800.000 libras esterlinas. Finalmente, solo llegaron a Buenos Aires unas 570.000 libras esterlinas, en su mayoría en letras de cambio. Ninguna de las obras previstas se realizó con ese dinero. El empréstito se terminaría de pagar ochenta años más tarde. Por el empréstito de $2.800.000 se hayan terminado pagando 23.700.000, es decir, prácticamente 8 veces más. En los 1820's el peso papel comenzó a devaluarse rápidamente con respecto al peso fuerte, que estaba ligado directamente al precio del oro
La Junta de Representantes había autorizado la colocación a un tipo mínimo del 70 %, pero Rivadavia aceptó constituir un consorcio que representara al Gobierno de Buenos Aires para la colocación del empréstito al tipo de 70 %. Este consorcio estaba encabezado por los señores Braulio Costa, Félix Castro, Miguel Riglos, Juan Pablo Sáenz Valiente y los hermanos Parish Robertson, quienes en virtud del poder conferido celebraron el acuerdo en Londres con la firma Baring Brothers & Co. Como la colocación en el mercado sería fácil, la Baring propuso al consorcio colocarlos al 85 %, pagando 70 % a Buenos Aires y repartíéndose el 15 % de diferencia con el consorcio.
El 1 de julio de 1824 se contrató con la Banca Baring el empréstito por 1 000 000 de libras esterlinas.
El Estado de Buenos Aires por su parte «empeñaba todos sus efectos, bienes, rentas y tierras, hipotecándolas al pago exacto y fiel de la dicha suma de 1 000 000 de libras esterlinas y su interés».En consecuencia, en 1828 se liquidó la escuadra naval y se dieron en pago dos fragatas que se estaban construyendo en Inglaterra. De este modo, cuando se produjo la ocupción de las Malvinas por los ingleses, cinco años más tarde, no hubo fuerza naval para contrarrestarla. Ferdinand White, espía inglés, enviado por la Baring al Río de la Plata, condenó los aspectos delictuosos de este acuerdo. De la suma recibida, solo llegaron al Río de la Plata en oro, como estaba convenido, el 4 % de lo pactado, 20 678 libras. Como no se había especificado como llegaría el dinero a Argentina (por ese entonces el territorio se denominaba Provincias Unidas del Río de la Plata), el consorcio informa a la Casa Baring que la mejor manera era enviando letras giradas contra casas comerciales de prestigio que dieran garantías en Buenos Aires. Una de esas casas comerciales era la de Robertson y Costas, miembros del consorcio.
Finalmente solo llegaron a Buenos Aires unas 570 000 libras esterlinas, en su mayoría en letras de cambio. Ninguna de las obras previstas se realizó con ese dinero, que fue entregado al Banco de Descuento para que diera créditos a sus clientes, a intereses mucho más bajos que los que pagaba la provincia por ese dinero. El empréstito se terminaría de pagar ochenta años más tarde. Por el empréstito de $2,8 millones se pagaron finalmente 23.7 millones, es decir, prácticamente 8 veces más. Las exportaciones de oro, permitidas por las políticas de libre comercio de Rivadavia, agotaron rápidamente las reservas nacionales. Esto representó un gran problema, ya que el oro era el medio de cambio de la economía local. Rivadavia buscó resolver este problema al establecer el "Banco de Descuento", un banco central para imprimir dinero, este banco fue puesto a manos de inversores privados británicos.A fin de financiar el conflicto, el Gobierno se vio obligado a contraer un nuevo empréstito de los bancos británicos, endeudándose en 3,44 millones de £ (libras esterlinas). Gracias al conflicto la deuda externa de la de Argentina hasta 9 millones de libras. Al final del gobierno de Bartolomé Mitre as finanzas del país quedaron devastadas y el país al borde de una cesación de pagos.
Veintiséis años de liberalismo económico habían producido el efecto negativo frenando el desarrollo del país. En 1825, época de Rivadavia, las exportaciones (cueros, carne salada, sebo), totalizaban cinco millones de pesos fuertes, mientras las importaciones (tejidos, alcoholes, harinas), pasaban de ocho, la mitad provenientes de Gran Bretaña.
La diferencia entre los ocho millones importados con los cinco exportados se cubría en metálico, lo que producía un drenaje continuo de oro y plata (en barras solamente salieron del país en 1822 por valor de 1.350.000 pesos fuertes), pagados a través de empréstitos británicos con fuertes tasas de interés. El 15 % de diferencia de colocación representó 150 000 libras, de ellas el consorcio en su conjunto se llevó 120 000 libras en carácter de comisión, y los 30 000 restantes fueron para Baring.

Etapa rosista

Durante la etapa rosista se renegocian préstamos y se obtiene una sustancial quita en los intereses disminuyendo el monto total de la deuda en una quinta parte en 1839. El 18 de noviembre de 1835, Rosas dicta la Ley de Aduana que regiría desde el 19 de enero de 1836. Rompe con ella el esquema liberal. Con un doble propósito: la defensa de las manufacturas criollas, perseguidas desde 1809, y el renacimiento de una riqueza agrícola, casi extinguida desde la misma fecha. Los excedentes supervitarios en la balanza comercial permitió un descenso de la deuda. La ley no se limitaba a favorecer los intereses argentinos. De acuerdo con la política de solidaridad hispanoamericana, de la gestión internacional de Rosas, los productos de la Banda Oriental y Chile se favorecían directamente: las producciones pecuarias del Uruguay se encontraban libres de derechos y no se recargaban tampoco los reembarcos para "cabos adentro"; de la misma manera no eran imponibles las producciones chilenas que vinieran por tierra.
En 1844, Rosas llegó, entonces, a un acuerdo con Falconnet: la Confederación Argentina volvería a pagar los intereses de la deuda, suspendidos desde la época de Rivadavia, con una quita de 80 %. No obstante el descuento, los ahorristas, temerosos de no cobrar jamás, celebraron el acuerdo. Rosas, entonces, volvió a pagar intereses (con la quita de 80 %) y seguía haciéndolo en 1852, cuando se produjo su caída en Caseros.
En 1825, en tiempos de Rivadavia, se importaban artículos extranjeros por valor de ocho millones de pesos fuertes , exportándose productos nacionales tan sólo por cinco millones de la misma moneda, lo cual dejaba un saldo de tres millones de déficit. A partir de la ley de Aduana de 1835 las exportaciones van a ir subiendo vertiginosamente, mientras las importaciones lo harán en una proporción inferior. En 1851, en las vísperas de Caseros, Argentina importaba 8.550.000 de artículos extranjeros, contra 10.633.525 de productos nacionales exportados. La balanza comercial había sido supervitaria.
Urquiza fue subvencionado con dos millones de francos oro para llevar la guerra contra Rosas. a través de la cláusula 6° del tratado del 21 de noviembre de 1851.

De Mitre a la crisis de 1873

Con Bartolomé Mitre, en 1862, la deuda da otro salto. Primero transfiere los compromisos de la provincia de Buenos Aires a la Nación, y después acuerda otro empréstito con la banca inglesa por 2.5 millones de libras adicionales, para lanzarse a la guerra con Paraguay. Pero, nuevamente, de los 2.5 millones de libras asumidos como deuda, el país recibe sólo 1.9 millón debido a los descuentos por el “riesgo país y las comisiones”. Sarmiento, que sigue a Mitre, también se endeuda para continuar la guerra y “para armar fuerzas militares para reprimir el levantamiento de Entre Ríos”. Al final del gobierno de Sarmiento, la deuda ya alcanzaba los 14.5 millones de libras. Las cifras evidencian un crecimiento permanente de la deuda externa desde la ultimas décadas del siglo XIX hasta la primera guerra mundial.

La crisis de 1873

En 1867 el Banco de la Provincia de Buenos Aires creó la Oficina de Cambios a través de la cual la Argentina ingresó en el régimen de convertibilidad de la moneda.
Hasta 1873 esta Oficina incrementó exitosamente sus reservas de oro, debido al fuerte ingreso de empréstitos contratados por el Gobierno nacional y algunos provinciales en el mercado de Londres como consecuencia de la Guerra de la Triple Alianza.
Durante fines del Siglo XIX se contrajeron numerosos empréstitos adicionales, sobre todo en la presidencia de Bartolomé Mitre y la primera de Julio Argentino Roca. Todos eran con la banca británica, el mismo país que constituía el principal socio comercial en el país y el mayor inversor siendo el dueño de los ferrocarriles, los bancos más importantes y de los transportes.
Este febril ingreso de capitales externos junto a un acelerado incremento de la actividad comercial, repercutió en otras esferas de la actividad económica, como por ejemplo en el enorme aumento tanto del gasto público como de las importaciones y en la aparición de una especulación en tierras cuyo precio subía al compás del intercambio comercial. La incidencia de las importaciones se reflejó en una balanza comercial deficitaria.No obstante, mientras la Argentina recibiese capitales del exterior, esta situación deficitaria no se reflejaría en la balanza de pagos. El problema del desequilibrio comercial se tornó visible cuando cesó el ingreso de capitales, en parte por efecto de la depresión europea de 1873 que cortó los flujos de inversión. A partir de ese momento, la situación deficitaria de la balanza comercial y de la de pagos provocó una sensible disminución de la existencia de metálico. El problema no pudo ser solucionado con un incremento de las exportaciones, por lo que el Gobierno del recién asumido presidente Nicolás Avellaneda debió recurrir a una política claramente deflacionista, suspendiendo la contratación de nuevos empréstitos en el exterior, decretando la inconversión de los billetes del banco de la Provincia y del Nacional, e incluso disminuyendo sueldos de empleados y reduciendo personal administrativo. La retracción del crédito bancario durante 1875 y 1876 golpeó duramente la producción rural. Esta serie de medidas, más la ley de Aduanas de 1876, influyeron en el rápido descenso de las importaciones. Si bien las exportaciones mantuvieron su nivel anterior, la caída de las importaciones, particularmente brusca en los años 1875 y 1876, provocó una inversión en la tendencia predominante de la balanza comercial, que pasó de ser deficitaria a ser superavitaria.

El presidente Avellaneda en su mensaje de apertura al Congreso en 1875 describía la situación económica del país en los siguientes términos:


    Grandes cantidades de dinero afluyeron en los últimos años a la plaza de Buenos Aires teniendo principalmente su origen en los empréstitos que la Nación y esta provincia contrajeron en Londres. De ahí, su acumulación en los bancos, el bajo interés y las facilidades tan seductoras como desconocidas del crédito. El país no estaba en actitud de aplicar de improviso tan considerables capitales al trabajo reproductivo y sobrevinieron las especulaciones sobre terrenos estériles, que acrecentaban artificialmente su precio de una transacción a la otra, los gastos excesivos y la acumulación de las mercaderías importadas, exagerada aún más por la competencia que se desarrolla en estos casos. Con la hora inevitable de los reembolsos, ha sobrevenido la crisis, que principia ya a encontrar su principal remedio en la disminución de los gastos privados y públicos.
    Presidente Nicolás Avellaneda