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jueves, 12 de diciembre de 2019

Ciclos sociopolíticos latinoamericanos

Interesante análisis de la dinámica que presentan las sociedades latinoamericanas publicó la revista Crítica. La publicamos a continuación:

1) Los gobiernos populistas asumen capitalizando la bronca contra los gobiernos liberales y montándose a la esperanza de vivir bien bajo un capitalismo más domesticado/humanizado. Presentan un programa de transformaciones sociales que entusiasma a la parte reformista de la izquierda y a la población golpeada por las reformas (neo)liberales.

2) Se dedican a construir un consenso obsecuente, a fomentar el culto a la personalidad del caudillo, a verticalizar y subordinar al gobierno a las organizaciones de la sociedad civil, y a aislar y destruir a la izquierda radical que no han podido cooptar.

3) De esta manera el liberalismo desalojado del poder, "la derecha" a la que el populismo dice combatir, se desarrolla como la única oposición efectiva al gobierno. El gobierno enardece a esta oposición ladrándole sin morderla y polarizando con ella para mostrarse como preferible. El gobierno construye a una oposición funcional a su propia permanencia.

4) La población que es crítica con el gobierno pero es horrorizada aún más por la oposición de derecha, opta por el oficialismo mediante la lógica del mal menor. Pero eventualmente, por las circunstancias económicas y los hábitos corruptos y autoritarios generados por una estadía prolongada en el poder político, el mismo oficialismo va girando a la derecha. Empieza la represión contra las luchas sociales genuinas, encabezadas por sectores que no fueron cooptados y/o sectores que el gobierno ha ido perdiendo. El sostén del gobierno se basa cada vez menos en el programa original de transformaciones sociales y cada vez más en el fanatismo de tropa, la polarización con el enemigo, la anulación del disenso interno, y la estigmatización de cualquier pensamiento autónomo.
4bis) La polarización oficialista con las figuras de la oposición a su derecha termina fortaleciendo a una de ellas, que aglutina detrás de sí a las demás fuerzas opositoras y convoca a la población distanciada del populismo. Luego de años de victorias electorales abrumadoras, aparece por primera vez el peligro real para el populismo de perder el poder. Para mantener en línea a la propia tropa y asustar al votante indeciso, se enardece aún más la estrategia de polarización.

5) El gobierno populista termina empujando al electorado que alguna vez fue oficialista a la oposición, que no la representa ideológicamente pero, ante la ausencia de una oposición de izquierda (cooptada o aniquilada por el populismo), termina optando por la derecha. Otra vez, con la lógica del mal menor. "Es lo que hay".

6) Por medios más o menos legítimos, el gobierno populista cae. El caudillo se victimiza, fiesta revanchista de la reacción, contrarreformas que perjudican aún más a las masas. Se va construyendo la añoranza por el regreso del caudillo que "al final no era tan malo". La tropa fanática amonesta al resto de la población por su deslealtad y por "no saber votar"/"no saber defender sus conquistas". Cuando la izquierda superviviente es inccapaz de constituirse en la principal oposición del nuevo gobierno de derecha, ese papel lo termina ejerciendo nuevamente el populismo.