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martes, 19 de julio de 2016

Proteccionismo vs. libre comercio

Editorial de Federico Bernal en Mañana Nacional: Ayer analizábamos con Leo Bilanski, en base a datos de Mundo Empresarial, que las importaciones de indumentaria crecen en términos interanuales 23 por ciento, más de la mitad provienen de China. Las ventas de calzado han caído de 20 a 25 por ciento durante el primer semestre. Hubo un fuerte crecimiento de las importaciones de calzado terminado del 42 por ciento en términos interanuales. Desde el sector de la marroquinería señalan que durante los primeros seis meses se vendió un 25 por ciento menos en relación al mismo período del año pasado. Hubo un fuerte aumento de importaciones de carteras, mochilas, valijas, billeteras y similares, con un crecimiento promedio del 24 por ciento en los primeros cinco meses del año. El 89 por ciento es de origen chino. El sector de madera y muebles es uno de los rubros más afectados del entramado productivo doméstico, como consecuencia de una fuerte caída de la demanda local. El achicamiento del mercado fue del 40 por ciento en enero–mayo. En el rubro de compensado, terciado y aglomerado, con fuerte presencia en Misiones, el consumo bajó de 14.000 a 8000 m3 mensuales, por lo que la entrada de 3000 m3 de productos importados pasó a representar del 21 a casi el 40 por ciento del consumo aparente. Las importaciones de madera se dispararon un 15 por ciento, colchones y sommiers, 20 y asientos, 36. Las importaciones de juguetes mostraron una fuerte aceleración durante mayo (49 por ciento interanual). El rubro línea blanca registra caída del mercado interno junto a un fuerte incremento en la oferta de productos importados, especialmente de Brasil. Se importaron 40 mil heladeras, cantidad muy por encima de las compras externas de 2015. En lavavajillas hubo un aumento interanual del 164 por ciento, de estufas (44), calefones y termotanques (27). La maquinaria de origen nacional está perdiendo participación en el mercado frente a la importada. La compra externa de tractores aumentó 72 por ciento y cosechadoras, 40 durante los primeros cinco meses del año. Los vehículos brasileños siguen avanzando en el mercado local: acumulan a mayo un alza de 43 por ciento en términos interanuales para los vehículos livianos (pick-ups subió 66 por ciento y automóviles, 40). Las importaciones de motos aumentaron a pesar de la caída de la demanda doméstica. La entrada de motos terminadas creció 239 por ciento durante los primeros cinco meses del año y se duplicó la de motos completamente desarmadas: pasaron de 38 a 75 millones de dólares, lo cual es una barbaridad como ayer nos explicaba Daniel Tigani, industrial PyME de las motos: las arman en las concesionarias sin ningún tipo de control. En fin, mercado interno camino al infierno, aparato productivo e industrial reprimarizándose, economías regionales en quiebra. Y así podríamos seguir y seguir.
El relato macrista para que apoyemos este modelo de acumulación que sólo beneficia al 0,1% de la población y que excluye a todas las provincias a excepción de las pampeanas, es que nos estamos convirtiendo en el “supermercado del mundo” y que las importaciones son buenas porque somos un país pobre y como tal, los pobres tendremos acceso a productos mucho más baratos, que son los importados.
Vamos a responder desde la historia. El siglo XIX tuvo un momento de grandes y fundamentales debates en torno al proteccionismo o librecambio. Nos referimos a los debates que precedieron al Pacto Federal de 1831 y que no hacían sino poner sobre la mesa el descontento generalizado del país, su postración semicolonial a pesar de haberse independizado de España y la negativa a una organización constitucional y territorial (la propuesta por Buenos Aires) que agudizaba la segregación de más provincias, o bien, las inviabilizaba sin expulsarlas.
En la vereda opuesta del proteccionismo, la posición conservadora de la burguesía comercial de Buenos Aires cuya delegación en las negociaciones de 1830 (de cara al Pacto Federal de 1831) fue encabezada por José María Roxas y Patrón. En su memorando se explicaba la “tesis de que los impuestos prohibitivos o proteccionistas eran irrazonables y hasta peligrosos. Si la industria demostraba su capacidad de prosperar sin protección, los impuestos altos eran manifiestamente injustos tanto para el consumidor como para el productor. Si, por otra parte, el país carecía de industrias, o no podía competir con buen éxito con la producción extranjera, la protección era injusta porque restringía el consumo… Una política como la que propiciaba Corrientes [Pedro Ferré] produciría un aumento general de precios de los artículos de primera necesidad… [En definitiva] El proteccionismo minaría la prosperidad de la industria pastoril , no sólo porque provocaría un alza en el costo de la vida, sino también porque perjudicarían el comercio de exportación del país”
En fin y como proponemos desde Mañana Nacional, empoderamiento sin conciencia histórica es destino de fracaso. Conciencia histórica y conciencia nacional. Enraizarnos en nuestra historia verdadera, porque sólo allí es donde los enemigos históricos y tradicionales del pueblo argentino afloran en toda su magnitud, porque allí es donde la experiencia histórica nos brinda las herramientas para que nuestra revolución sea definitiva, y no les perdone ni tantito así.

Fuente: Radio Rebelde