El presidente Mauricio Macri advirtió en la entrevista de CNN que hay que retirar el nombre de Néstor Kirchner de monumentos, calles y edificios públicos.
El presidente Mauricio Macri advirtió en la entrevista de CNN
que hay que retirar el nombre de Néstor Kirchner de monumentos, calles y
edificios públicos:”Nunca tuvo sentido, porque ellos
ejercieron sus mayorías y su prepotencia para hacerlo. Acá se hizo algo
que nunca en la Argentina había sucedido, una vez más, atropellando. El
cambio de nombre del CCK está en debate. Yo creo que eso va a suceder;
ya está empezando a suceder en distintos lugares de la Argentina, así
que eso es cuestión de tiempo”.
El gobierno decidió un ataque masivo hacia la figura del ex presidente para hacerlo desaparecer de la faz de la tierra. La orden es concreta: hay que deskirchnerizar el país
y que la gente se olvide de aquel ex presidente que sacó al país del
caos, que rompió con el FMI y trabajo por la unidad latinoamericana.
El
macrismo que desprecia la historia, de allí que sacó a los héroes de la
Patria de los billetes para poner animales, no entiende que ese odio ya sucedió hace 70 con la Revolución Libertadora y el peronismo. Aquel experimento no funcionó.
El
general Pedro Eugenio Aramburu decidió en 1955 terminar con el
peronismo para siempre. Primero anuló la constitución de 1949, intervino
la CGT, inhabilita a más de 150.000 delegados de fábricas y se
encarcelaron a cientos de dirigentes del peronismo. El país se convirtió
en una gran cárcel y se crearon comisiones especiales para “detectar”
crímenes peronistas, muy parecido a lo actuales por el juez Bonadio
contra el kircherismo.
Para terminar con la resistencia peronista
se firmó el decreto 4.161 que prohibió el funcionamiento del partido
peronista y toda exhibición de símbolos referidos al peronismo:
“La utilización, con fines de afirmación ideológica peronista, efectuada públicamente, o de propaganda peronista, por cualquier persona, ya se trate de individuos aislados, grupos de individuos, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, sociedades, personas jurídicas, públicas o privadas, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas, que pretendan tal carácter (…) Se considerará especialmente violatoria de esta disposición la utilización de la fotografía, retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto, el de sus parientes, las expresiones peronismo, peronista, justicialismo, justicialista, tercera posición, P.P., las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales denominadas Marcha de los muchachos peronistas y Evita capitana o fragmentos de las mismas, la obra La razón de mi vida o fragmentos de la misma, y los discursos del presidente depuesto y de su esposa o fragmentos de los mismos (…)
Se
imputaron a Perón todo tipo de crímenes políticos y morales. Se exhibió
el vestuario de Evita, sus supuestas joyas, su ropa interior y más de
500 zapatos de Perón. Se intentó mostrar al pueblo la opulencia del
matrimonio y durante años se acusó a Perón de vivir con el “oro del
Banco Central” y abusar de las chicas de la UES.
Destruyeron la Fundación Eva Perón que alimentaba a más de 11.000 niños bajo el argumento “que
consta de observar que el vestuario de los niños es cambiado cada seis
meses y que en las comidas se incluye ave y pescado, por lo que desde el
punto de vista republicano y material es suntuoso, excesivo y no se
ajusta a la formación austera de los niños”.
Se
ordenó la disolución de la Fundación Eva Perón y se quemaron toneladas
de vestimentas, ropa de cama, instrumentos quirúrgicos y todo lo que
llevara el sello de la Fundación, incluso pulmotores en momentos que
Buenos Aires padecía de una epidemia de poliomielitis.
Perón dirá desde el exilio en Caracas: “Han
destrozado a martillazos un sinnúmero de pulmotores y puesto fuego en
una inmensa montaña de colchones, sabanas, almohadas, etcétera, hasta
convertirlos en una pira impresionante, so pretexto de llevar cada
prenda, sobreimpresas el sello de la entidad, o sea de la Fundación,
dejando al grueso de la población desprovista de las mas elementales
defensas sanitarias.”
Como si fuera poco se robaron el cadáver de Evita durante 17 años.
Desde
hace un tiempo los medios hegemónicos quieren hacer desaparecer cada
monumento, calle o edificio que lleve el nombre de Néstor Kirchner. El
máximo galardón del gorilaje es retirar el nombre de Centro Cultural
Kirchner (CCK). Ya hay varios proyectos en el Congreso para cambiar el
nombre del ex presidente al que desde Cambiemos llaman “corrupto” cuando
no hay una sola condena contra Kirchner. Mientras tanto, ya aparecieron
ataques con martillazos contra bustos del ex mandatario.
Es
el odio de la derecha, de los sectores de poder que no soportaron hace
70 años atrás que los trabajadores tuvieran derechos, aguinaldo, salud y
vacaciones en Mar del Plata. Hoy pasa lo mismo. La derecha no soportó
que hubiera asignación universal por hijo, remedios gratis para los
jubilados, paritarias en alta, expropiación de las AFJP y recuperación
de Aerolíneas e YPF y ruptura con el FMI.
Podrán romper a
martillazos todos los monumentos y bustos de Néstor Kirchner o meter
presa a Cristina Kirchner pero la gente no lo olvidará como nunca
olvidaron a Perón y Evita.
Hoy,
cuando la derecha parece que controla toda América Latina, cuando
parece lejano aquel sueño de la Patria Grande, hay que recordar a Carlos
Marx en El 18 Brumario, cuando decía que las revoluciones son como un
topo. El topo de la Historia, que a veces desaparece, porque el topo va
por debajo de la tierra. Pero nunca aparece para atrás, siempre va para
adelante. Entonces hay que tener esperanzas de que el topo volverá y
llegará el fin de este gobierno brutal de ajuste, hambre y miseria.
Fuente: Revolución Popular
Fuente: Revolución Popular