La convocatoria fue hecha por las 2 CTA, SUTEBA y los gremios docentes pero la mayor parte de los asistentes fueron por sus propios medios. Los oradores Pablo Micheli, Francisco "Barba" Gutiérrez y hugo Yasky dejaron bien en claro que no le van a torcer la voluntad a los trabajadores y llamaron a un paro total de actividades el próximo jueves 6 de abril. Algunas imágenes.
Blog de noticias del ámbito político, económico, social y de actualidad tanto nacional como internacional que no forman parte de la agenda de los medios hegemónicos.
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jueves, 30 de marzo de 2017
miércoles, 29 de marzo de 2017
El PJ-Tres de Febrero lanzó el Observatorio de Políticas Públicas “3F Para Todos”
El PJ-Tres de Febrero lanzó el Observatorio de Políticas Públicas “3F Para Todos” |
Destinado a recabar información sobre problemáticas públicas existentes
en el distrito y abierto a toda la comunidad, lo impulsó el dirigente
Pablo Balor. La coordinación académica estará a cargo de Adela Iñigo
Carreras. Estuvieron presentes el diputado Debandi y el concejal local
Máximo Rodríguez.
En el día de ayer, en el salón Dorrego de Santos Lugares, se realizó el lanzamiento del Observatorio de Políticas Públicas “3F Para Todos”. Lo impulsó el dirigente del peronismo de Tres de Febrero, Pablo Balor. La coordinación académica quedará bajo la órbita de Adela Iñigo Carreras.
Será un espacio destinado a recabar información sobre problemáticas
públicas existente en el distrito y abierto a toda la comunidad.
Asistieron al evento el Diputado Provincial Juan Debandi, quien resalto la importancia del observatorio: “es
una herramienta que nos permitirá obtener información y así poder dar
mejores respuestas a todos los vecinos de las distintos problemáticas y
así impulsar que 3F vuelva a ser para todos”; y el Presidente del bloque de concejales del PJ-FPV de Tres de Febrero, Máximo Rodríguez, quien hizo referencia a la falta de seguridad, el aumento de las tarifas y la falta de obra pública.
Además,
pudieron oirse las voces de distintos actores de la comunidad que se
hicieron presente, como docentes, cooperativistas, organizaciones
sociales y organismos de DD.HH. Se refirieron a cuestiones mas puntuales
como la falta de vivienda en muchos barrios del distrito, las falencia
en la salud púbica, la inseguridad y el conflicto docente, altamente
visible en las jornadas actuales.
Balor fue el encargado de dar
cierre a la Presentación del Observatorio de Políticas Públicas “3F
Para Todos” ,donde afirmo que "es un espacio diseñado para que
todos participemos", y que "ayudar a pensar ideas es ayudar a construir
un distrito y un país para todos".
Fuente: La Noticia Web
domingo, 26 de marzo de 2017
“Trump y el Brexit nos muestran los errores de las clases políticas y los medios de comunicación” - Entrevista a Saskia Sassen
Texto: Gladys Martínez López y Pablo Elorduy / Foto: Alex MacNaughton - La socióloga Saskia Sassen (La Haya, 1949) ha sido una de las primeras ensayistas y críticas de la globalización. En la década de los 90, su ensayo La ciudad global se configuró como una referencia para entender la transformación que el neoliberalismo ha llevado a cabo en las metrópolis del mundo.
Algunos de sus últimos libros, Territorio, autoridad y derechos o Expulsiones (ambos publicados por la argentina Editorial Katz), se insertan en el paisaje que está dejando el siglo XXI de falta de esperanza y brotes de solidaridad. La victoria de Donald Trump en Estados Unidos, país donde reside Sassen, es el último seísmo en un panorama político en permanente cambio desde 2008, cuando la caída de Lehman Brothers puso fin a los discursos de crecimiento sin freno que se habían emitido desde el sector financiero.
- Una de las primeras medidas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido la ampliación del muro con México. ¿Estamos ante la constatación de un cambio de época en cuanto a cómo se relacionan los Estados entre sí y respecto a sus poblaciones?
Vuestra formulación es casi generosa si se ve cómo la presenta Trump, con esa manera bombástica “I will… and I will” (“voy a, voy a…”). Sí, se están dando cambios. Algo está pasando, con distintos nombres, en diversos países. El ascenso de una derecha extremista es alarmante —siempre existió, pero ha ganado una vigencia que hace mucho que no tenía—: el Brexit y la victoria de Trump son probablemente la mayor sorpresa en este sentido. Me parece que no ha debido de ser tanta sorpresa para las clases dirigentes convencionales.
Trump y el Brexit nos muestran los errores de las clases políticas dominantes y de los comentaristas de televisión y los medios de comunicación de masas: una falta total de conocimiento o reconocimiento del crecimiento de la pobreza en sectores que se han quedado sin voz política —como los sindicatos en el caso de EE UU—, y un auge del nacionalismo confrontado con un ‘liberalismo’ de élites ‘iluminadas’ que le han dado la espalda a todo lo que cae fuera de su circuito.
La arrogancia del Partido Demócrata en EE UU se tiene que anotar aquí: cuando [Hillary] Clinton ha afirmado que no hay necesidad de ir a hacer campaña política al rust-belt —los viejos Estados industriales en el Medio Oeste—, el Partido Demócrata ha ido cayendo. También se quedaron sorprendidos cuando ganó Obama. Menos mal que tenemos miembros del partido como Elizabeth Warren, Bernie Sanders y Robert Reich, el exsecretario de Empleo con Bill Clinton, que se quedó frustrado con los dos Clinton y apoyó a Sanders.
Todo esto va mucho mas allá de Trump. Él lo hace visible con sus neurosis y su manera ridícula de comportarse, pero está pasando en todas partes —Marine Le Pen en Francia se comporta mucho más como una política tradicional, igual que el de Holanda, etc.—, pero son un indicador alarmante de una democracia liberal que se ha desmoronado como práctica y como discurso. Hay que inventar un nuevo modelo de participación masiva.
- ¿Cuáles son sus principales preocupaciones sobre esta nueva etapa que comienza con Trump?
Creo que hay varias condiciones que se juntan en este periodo actual y generan una mezcla casi impenetrable. También nos muestra la decadencia de lo que se ha llamado la democracia liberal —que nunca estuvo muy anclada en la justicia social, pero funcionó para una buena parte de la clase trabajadora y la clase media modesta—. Esto dejó de funcionar cuando las grandes corporaciones se globalizaron.
Hay mucha gente que ha perdido mucho en estos últimos 30 años de globalización económica —y hago hincapié en lo económico corporativo—, pero este periodo con tecnologías digitales también ha permitido que aquellos que no tienen poder se organicen internacionalmente en torno a temas muy específicos. Por ejemplo, mujeres inmigrantes de Filipinas que han formado una red internacional de apoyo mutuo —solo posible porque existe el espacio digital— y que rastrean a los proxenetas y otros explotadores.
Por otro lado, esas mismas redes digitales también han fortalecido el sistema financiero, que a mi manera de ver es un sistema extractivo: extrae y deja tras de sí destrucción, como la minería o las empresas de agua (Coca-Cola, Nestlé), que acaparan tierras, expulsan a los residentes indígenas y extraen agua, y cuando se acaba el agua, se van y dejan detrás tierras muertas. Examiné estos temas en mi libro Expulsiones.
- También Europa está respondiendo a los flujos de refugiados (económicos, políticos, bélicos…) con muros, securitización y políticas excluyentes. ¿Estamos viviendo un resurgimiento del fascismo de Europa?
Sí, coincido con esta manera de entender lo que está pasando. Al mismo tiempo, prefiero recuperar un lenguaje específico para esta época, y no simplemente decir que “es fascismo”; cuando uno usa estos términos a menudo es una invitación a no tratar de decodificar lo que está pasando.
Desde mi punto de vista, este es un proceso que surge en los años 80, cuando se producen la privatización y la desregulación, dos decisiones cruciales para generar el sistema económico y social que estamos viviendo ahora. Yo lo veo como un sistema donde la lógica dominante es una lógica de extracción: una vez que has extraído todo lo que hay, no te importa qué pasa. En contraste, a la banca tradicional —que es una forma de comercio no extractivo, al contrario que las altas finanzas— le interesaba, por así decirlo, que a los hijos de sus clientes les fuera bien económicamente, porque ellos representaban futuros clientes, etc.
Importa que cada barrio, cada ciudad, cada pueblo se movilice para relocalizar lo que se pueda relocalizar y, a través de esas prácticas, empezar a generar solidaridades
- Frente a esta lógica de expulsiones sistemáticas y a todos los niveles, ¿cuáles son las lógicas que nos hacen permanecer en la pasividad o en pequeñas luchas a menudo interconectadas?
Qué buena pregunta…, me la hago a menudo. Por eso considero que importa que cada barrio, cada ciudad, cada pueblo se movilice para relocalizar lo que se pueda relocalizar y, a través de esas prácticas, empezar a generar solidaridades. Hoy, probablemente, cada uno de estos espacios —del barrio a la ciudad— tiene gente que está movilizada. Y eso es muy importante.
Hice un texto donde trabajé algo de esto con las tecnologías digitales, tratando de entender cuáles son las aplicaciones que habría que inventar para facilitar la vida de los vecindarios pobres, no muy apoyados por gobiernos locales, y para generar conexiones, solidaridades en el interior de esos vecindarios. A menudo la lucha por sobrevivir es tan dura que no hay mucha solidaridad, hay demasiado sufrimiento y angustia.
Qué buena pregunta…, me la hago a menudo. Por eso considero que importa que cada barrio, cada ciudad, cada pueblo se movilice para relocalizar lo que se pueda relocalizar y, a través de esas prácticas, empezar a generar solidaridades. Hoy, probablemente, cada uno de estos espacios —del barrio a la ciudad— tiene gente que está movilizada. Y eso es muy importante.
Hice un texto donde trabajé algo de esto con las tecnologías digitales, tratando de entender cuáles son las aplicaciones que habría que inventar para facilitar la vida de los vecindarios pobres, no muy apoyados por gobiernos locales, y para generar conexiones, solidaridades en el interior de esos vecindarios. A menudo la lucha por sobrevivir es tan dura que no hay mucha solidaridad, hay demasiado sufrimiento y angustia.
- Ha sido muy crítica con la financiarización de la economía, indudablemente la principal responsable de la crisis de las subprime, extendida a Europa y a casi todo el planeta a partir de 2008. ¿Le preocupa que, pese a que en la cumbre del G8 se volviese a hablar de poner bridas a la financiarización, no se hayan tomado medidas reales para hacerlo?
Es un desafío derribar el sistema financiero. Tenemos que luchar por volver a la pequeña banca local tradicional y dejar que el gran sistema financiero se autodestruya. No creo que nosotros lo podamos destruir. Pero él mismo regularmente genera su propia crisis con sus excesos. Es un tema amplio y con muchas especificidades. Va a llevar trabajo cambiar las leyes y, para el poder ejecutivo y judicial, aplicar nuevas leyes y castigar a los que violan la ley. Hoy en día no pasa nada de eso. Nuestras clases políticas simplemente no hacen los deberes. Delegan el análisis en los propios sectores: las finanzas, las telecomunicaciones, etc. Es un desastre, un fallo catastrófico del sistema político.
Es un desafío derribar el sistema financiero. Tenemos que luchar por volver a la pequeña banca local tradicional y dejar que el gran sistema financiero se autodestruya. No creo que nosotros lo podamos destruir. Pero él mismo regularmente genera su propia crisis con sus excesos. Es un tema amplio y con muchas especificidades. Va a llevar trabajo cambiar las leyes y, para el poder ejecutivo y judicial, aplicar nuevas leyes y castigar a los que violan la ley. Hoy en día no pasa nada de eso. Nuestras clases políticas simplemente no hacen los deberes. Delegan el análisis en los propios sectores: las finanzas, las telecomunicaciones, etc. Es un desastre, un fallo catastrófico del sistema político.
Hay una marcada expulsión de las clases medias modestas y de las clases trabajadoras del espacio de vida en las grandes ciudades
- Las críticas al Acuerdo de París sobre cambio climático, y más allá de las críticas, las dificultades puestas para su cumplimiento, muestran un panorama inquietante. ¿Cómo cree que debe orientarse esa transición?
El cambio climático es un gran tema, y lo he estado trabajando desde un ángulo bastante específico: creo que es crucial ir mucho mas allá de las políticas. Para mí, el desafío se centra en cómo movilizar las capacidades de la biosfera. Esto significa trabajar con biólogos interesados en el tema, con expertos, etc. Francamente, la política nos va ayudar un poco, pero no es para nada suficiente.
Hace poco escribí un artículo en el que argumento que cada edificio tiene que trabajar dos vectores —no uno solo, la utilidad, como es el caso en la gran mayoría de las ciudades—. El segundo vector implica que cada edificio es una oportunidad, un vehículo para trabajar con la biosfera usando elementos biológicos —por ejemplo, cubrirlo con un tipo de bacteria que tapa las emisiones del edificio y con el tiempo va purificando el aire en su entorno—. Imagínate una vista aérea que muestre que cada edificio genera un entorno de aire purificado en una ciudad. Es solo un ejemplo, pero, como digo, cada superficie debe trabajar con el medio ambiente.
Cada localidad tiene que movilizarse, hacer su proyecto, y esos esfuerzos pueden generar solidaridades transversales. Esto falta en el norte. Creo que en América Latina se ve más, pero en el norte el grado de alienación es inmenso, es muy trágico. Hay una marcada expulsión de las clases medias modestas y de las clases trabajadoras del espacio de vida en las grandes ciudades. Un proyecto con el que buscamos encajar esto, además de otros elementos, es el que llamamos The Quito Papers, que lanzamos en Quito en el congreso Hábitat 3.
El cambio climático es un gran tema, y lo he estado trabajando desde un ángulo bastante específico: creo que es crucial ir mucho mas allá de las políticas. Para mí, el desafío se centra en cómo movilizar las capacidades de la biosfera. Esto significa trabajar con biólogos interesados en el tema, con expertos, etc. Francamente, la política nos va ayudar un poco, pero no es para nada suficiente.
Hace poco escribí un artículo en el que argumento que cada edificio tiene que trabajar dos vectores —no uno solo, la utilidad, como es el caso en la gran mayoría de las ciudades—. El segundo vector implica que cada edificio es una oportunidad, un vehículo para trabajar con la biosfera usando elementos biológicos —por ejemplo, cubrirlo con un tipo de bacteria que tapa las emisiones del edificio y con el tiempo va purificando el aire en su entorno—. Imagínate una vista aérea que muestre que cada edificio genera un entorno de aire purificado en una ciudad. Es solo un ejemplo, pero, como digo, cada superficie debe trabajar con el medio ambiente.
Cada localidad tiene que movilizarse, hacer su proyecto, y esos esfuerzos pueden generar solidaridades transversales. Esto falta en el norte. Creo que en América Latina se ve más, pero en el norte el grado de alienación es inmenso, es muy trágico. Hay una marcada expulsión de las clases medias modestas y de las clases trabajadoras del espacio de vida en las grandes ciudades. Un proyecto con el que buscamos encajar esto, además de otros elementos, es el que llamamos The Quito Papers, que lanzamos en Quito en el congreso Hábitat 3.
- ¿Es posible organizar esas propuestas de futuro sin un planteamiento global sobre la distribución de la renta y el tema de la desigualdad?
Ambos vectores importan —distribución de la renta y el tema de la desigualdad—, pero me parece que el desafío no es cómo se formulan estas dos propuestas con las que todos los que somos críticos podemos estar de acuerdo. El desafío es cómo construir los muchos y diversos puentes, por así decir, que nos pueden llevar a ese futuro. Y vamos a tener que construirlos… eso no cae del cielo.
En términos retóricos me gusta decir: ¿realmente necesitamos una multinacional para tomar una taza de café en el barrio? Estoy pensando en todas las franquicias y en cómo cada una extrae parte de la capacidad de consumir de un vecindario y se lo lleva a sus sedes.
Derribar el sistema financiero y las grandes corporaciones no es fácil, es mejor que se autodestruyan. La batalla está en todo lo demás: traer vida económica y política a cada barrio, desarrollar redes digitales de apoyo, desarrollar mecanismos para generar solidaridades. Estoy pensando en barrios en Nueva York donde los desfavorecidos no tienen mucha solidaridad entre ellos… Esos vectores de solidaridad hay que construirlos.
Ambos vectores importan —distribución de la renta y el tema de la desigualdad—, pero me parece que el desafío no es cómo se formulan estas dos propuestas con las que todos los que somos críticos podemos estar de acuerdo. El desafío es cómo construir los muchos y diversos puentes, por así decir, que nos pueden llevar a ese futuro. Y vamos a tener que construirlos… eso no cae del cielo.
En términos retóricos me gusta decir: ¿realmente necesitamos una multinacional para tomar una taza de café en el barrio? Estoy pensando en todas las franquicias y en cómo cada una extrae parte de la capacidad de consumir de un vecindario y se lo lleva a sus sedes.
Derribar el sistema financiero y las grandes corporaciones no es fácil, es mejor que se autodestruyan. La batalla está en todo lo demás: traer vida económica y política a cada barrio, desarrollar redes digitales de apoyo, desarrollar mecanismos para generar solidaridades. Estoy pensando en barrios en Nueva York donde los desfavorecidos no tienen mucha solidaridad entre ellos… Esos vectores de solidaridad hay que construirlos.
Fuente: Saltamos Net
sábado, 25 de marzo de 2017
Manteniendo viva la Memoria
Foto: Vero Rodríguez |
La Comisión de Asociados, Funcionarios y Empleados de la Filial 074 del Banco Credicoop (Caseros Centro) organizaron la charla-debate alusiva al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia el jueves pasado denominada: "1976 - 24 de Marzo - 2017: Cuando la memoria corre peligro, la verdad puede ser desaparecida". La misma, contó con los expositores Juan Carlos Carinelli (*) y Fabián Solari (**) que disertaron sobre los hechos partiendo desde la creación de la Triple A en 1973 hasta principios de los años '90 cuando el entonces presidente Menem indulta a ex militares comprometidos y condenados por delitos de lesa humanidad debido a su participación activa durante la última dictadura.
En un clima de profundo silencio y alta concentración tanto en la palabra como en la escucha, la charla se llevó a cabo con una gran asistencia, mayor de la esperada y todos, una vez finalizada, se acercaron a charlar y saludar a los expositores. Los tiempos que brindaron las autoridades de la sede bancaria no permitieron que se debata quedando la actividad incompleta pero todos, igualmente, han demostrado haber quedado satisfechos.
(*) Profesor de Historia la UBA. Canal Encuentro. Historia para Todos. Carta Abierta. Testigo de época.
(**) Profesor de Geografía egresado del ISPJVG. Autor del libro "Caseros: urbe vertical". Director de TRINCHERA Noticias. Director del Proyecto Experimental de Comunicación y Difusión DELTA 80.
Foto: Vero Rodríguez |
viernes, 24 de marzo de 2017
jueves, 23 de marzo de 2017
Rozanski: "Los que representan al Estado están más cerca de la visión que llevó al golpe de estado del 76"
Rocío Criado - El ex juez, quien fue el primero en enmarcar los crímenes de lesa humanidad dentro de la figura del genocidio, analiza la política actual de Cambiemos en DDHH.
Carlos Rozanski es uno de los jueces con más experiencia en el campo de los derechos humanos. Con más de quince años al frente del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata (TOF 1), fue el primer juez en enmarcar los crímenes de lesa humanidad dentro de la figura del genocidio. Entre los juicios que tuvo a cargo se destacan La Cacha, Circuito Camps y la Unidad 9.
En 2006 condenó a reclusión perpetua al ex Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz, autor de un sinfín de violaciones a los derechos humanos y principal responsable de la desaparición de Jorge Julio López. Un año más tarde, condenó a la misma pena al ex capellán policial Christian Von Wernich; mientras que en 2012, el ex ministro de Gobierno bonaerense durante la última dictadura, Jaime Lamont Smart, se convirtió en el primer civil condenado por delitos de lesa humanidad.
En noviembre pasado el Poder Ejecutivo aceptó la renuncia presentada por el magistrado. La misma no es ajena al contexto político actual; el propio Rozanski denunció presiones y amenazas hacia su familia, responsabilizando tanto al Ejecutivo como a cierto sector periodístico.
Durante 2016, la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura despertó una denuncia archivada en su contra. El impulsor fue el titular de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, Julio Piumato.
En este sentido, señala que las amenazas y presiones ya no son aisladas, sino que se presentan de forma organizada, incluso con apoyo mediático:"Es una situación contextual, completamente desfavorable, no sólo en lo personal y profesional, sino en las políticas de derechos humanos. Las consecuencias las estamos viendo hoy".
Un antecedente se dio en marzo de 2016, cuando el por entonces juez denunció la pega de carteles intimidatorios en el tribunal ubicado en la Calle 4, entre 51 y 53, en La Plata. Los carteles rezaban: 24 de Marzo. Día de la venganza terrorista. Vanguardia Nacionalista escuadra La Plata.
"El cambio en el desarrollo de los juicios por delitos de lesa humanidad tiene relación directa con la cuestión ideológica de una gestión política", enfatiza, contraponiendo el camino emprendido desde 2003, cuando la representación del Estado coincidió con la lucha de los organismos de derechos humanos. "Se generó una armonía que significó un avance enorme", manifiesta.
Según el informe "El estado de las causas por delitos de lesa humanidad en Argentina", publicado por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, de un total de 593 causas, se dictaron 175 sentencias (29%), mientras 418 causas restantes permanecen en una fase preliminar de investigación.
Carlos Rozanski es uno de los jueces con más experiencia en el campo de los derechos humanos. Con más de quince años al frente del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata (TOF 1), fue el primer juez en enmarcar los crímenes de lesa humanidad dentro de la figura del genocidio. Entre los juicios que tuvo a cargo se destacan La Cacha, Circuito Camps y la Unidad 9.
En 2006 condenó a reclusión perpetua al ex Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz, autor de un sinfín de violaciones a los derechos humanos y principal responsable de la desaparición de Jorge Julio López. Un año más tarde, condenó a la misma pena al ex capellán policial Christian Von Wernich; mientras que en 2012, el ex ministro de Gobierno bonaerense durante la última dictadura, Jaime Lamont Smart, se convirtió en el primer civil condenado por delitos de lesa humanidad.
En noviembre pasado el Poder Ejecutivo aceptó la renuncia presentada por el magistrado. La misma no es ajena al contexto político actual; el propio Rozanski denunció presiones y amenazas hacia su familia, responsabilizando tanto al Ejecutivo como a cierto sector periodístico.
Durante 2016, la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura despertó una denuncia archivada en su contra. El impulsor fue el titular de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, Julio Piumato.
En este sentido, señala que las amenazas y presiones ya no son aisladas, sino que se presentan de forma organizada, incluso con apoyo mediático:"Es una situación contextual, completamente desfavorable, no sólo en lo personal y profesional, sino en las políticas de derechos humanos. Las consecuencias las estamos viendo hoy".
Un antecedente se dio en marzo de 2016, cuando el por entonces juez denunció la pega de carteles intimidatorios en el tribunal ubicado en la Calle 4, entre 51 y 53, en La Plata. Los carteles rezaban: 24 de Marzo. Día de la venganza terrorista. Vanguardia Nacionalista escuadra La Plata.
"El cambio en el desarrollo de los juicios por delitos de lesa humanidad tiene relación directa con la cuestión ideológica de una gestión política", enfatiza, contraponiendo el camino emprendido desde 2003, cuando la representación del Estado coincidió con la lucha de los organismos de derechos humanos. "Se generó una armonía que significó un avance enorme", manifiesta.
Según el informe "El estado de las causas por delitos de lesa humanidad en Argentina", publicado por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, de un total de 593 causas, se dictaron 175 sentencias (29%), mientras 418 causas restantes permanecen en una fase preliminar de investigación.
Sólo 16 (3%) están en juicio, 118 (20%) están en etapa de elevación, - de las cuales solo sólo 7 tienen fijada una fecha de inicio de debate; y 284 (48%) están en etapa de instrucción. La demora en los procesos genera un estancamiento que impide un avance más veloz.
Sobre estos números, el magistrado remarca que "cuando hay un cambio de gestión no solo se instala la política de derechos humanos de un gobierno, sino también la actitud de una parte del Poder Judicial; la nueva postura genera una demora en todos los procesos judiciales ".
Para Rozanski, ese accionar entra en un marco lógico ya que "los que representan al Estado están más cerca de la visión que llevó al golpe de estado del 76 y, más concretamente, al proyecto económico de transferencia de recursos".
En cuanto al estado procesal de los 2780 imputados, el informe establece que cerca del 30 por ciento han sido sentenciados, con 750 condenas y 77 absoluciones. En el caso de los sentenciados, el problema radica en las instancias de revisión. Sólo el 25 por ciento de aquellos que han sido condenados -(un total de 187)- tienen al menos una de sus sentencias firme.
Dentro del resto de los imputados, 794 están procesados, 153 presentan falta de mérito y 53 fueron sobreseídos. Por otro lado, 438 imputados no tienen resuelta su situación procesal: 27 han sido recientemente indagados y 411 tienen pedido de indagatoria por su presunta participación en los crímenes.
En este campo, el problema es que hay una serie de imputados que no están bajo proceso, puesto que 467 fallecieron y 3 fueron declarados incapaces, sin sentencia previa. Además, 45 imputados se encuentran actualmente prófugos.
"El diseño de estas políticas genera que se favorezca a los imputados, sobretodo en frenar el avance de las responsabilidades civiles y empresarias", afirma el ex juez.
En relación a este tema, puntualiza el problema del estado de las detenciones: "El adormecimiento actual se traduce en mayores prisiones domiciliarias. Estar en la casa no significa lo mismo que estar detenido, equivale a impunidad".
El propio informe refleja la problemática de la situación de detención de los imputados. Al 2 de marzo de 2017, son 1149 los imputados libres, 1044 los detenidos, 542 los fallecidos,- 467 de ellos sin ser sentenciados y 75 luego del dictado de su condena o absolución - y 45 se encuentran prófugos.
De los 1044 detenidos, 518 se encuentran en arresto domiciliario, 455 en servicio penitenciario, 65 en otros, y en 6 casos no hay datos.
A 41 años del golpe militar, Rozanski insiste: "no existe un antídoto más fuerte que la justicia en actos; no hay mejor forma para prevenir golpes que con un estado representado por personas que comulguen con la idea de derechos humanos y que eso se traduzca en un poder judicial también respetuoso con los derechos humanos".
Fuente: El Destape
lunes, 20 de marzo de 2017
Tren que no para, tren que no pasa
Por Fernando D´Addario - Esta
historia empieza y termina con un posible equívoco, que es pariente
cercano del malentendido y antecesor del eufemismo “error de
comunicación”. Pero aquí, como se verá, no habrá errores, sino
ejercicios para la fase superior del Relato M, que es la realidad
paralela. La anécdota es la siguiente: en el tren que debería hacer el
flamante trayecto Constitución-City Bell se escucha una voz
institucional que informa: “el recorrido finaliza en la estación
Berazategui por corte de vías en la estación Hudson”. Ante la consulta,
un empleado de seguridad sintetiza la naturaleza del reclamo: “Deben
estar pidiendo planes... En cualquier momento va la policía y los saca a
la mierda”.
Al día siguiente, un locutor radial informa: “el servicio de trenes a
City Bell ha sido restablecido después de haber sido levantado el
piquete en la estación Hudson (el locutor pronuncia “jadson”, un
cultismo que revela algún conocimiento del idioma inglés y una absoluta
ignorancia del habla en la zona sur, donde desde siempre se dice
“udson”). Pero el tren del mediodía, sin embargo, desmiente esa
información optimista: la formación se queda en Berazategui y no sigue
hasta City Bell.
En bicicleta, unos veinte minutos separan a Berazategui de “Udson”.
El viaje es por pura curiosidad: para ver si es cierto lo que dijo la
voz institucional del ferrocarril, o si se cumplió lo que anticipó el
empleado de seguridad, o si es verdad lo que informó la radio. Al llegar
a Hudson se ve una bandera que cruza las vías: “Si el tren no para, el
tren no pasa”. Los que están ahí no parecen ser activistas de alguna
agrupación piquetera filo-trotskista. Tampoco se ven militantes con
pecheras de La Cámpora en plena tarea destituyente; la que da la
bienvenida es una vecina del barrio Textil, que ofrece un mate y
presenta a Esteban, “el que mejor sabe explicar lo que nos pasa”. Lo que
les pasa a los vecinos, cuenta Esteban, es que el Ministerio de
Transporte de la Nación decidió eliminar “provisoriamente” del esquema
las estaciones Hudson y Pereyra después de haber anunciado, con bombos y
platillos, la prolongación del recorrido entre Berazategui y City Bell.
Los funcionarios alegan que por esas estaciones circula “poca gente” y
sostienen que, por la relación “costo-beneficio”, no es viable la
construcción de andenes provisorios (como los que están, desde hace más
de un año, en el resto de las estaciones desde Constitución hasta Villa
Elisa) hasta tanto estén listos los definitivos. “Nos quieren borrar del
mapa”, dice una señora antes de nombrar los barrios perjudicados por
esta decisión: Pueblo Nuevo, La Porteña, Sarmiento, San Marcos,
Marítimo, Río Encantado, Bustillo, etc.
Los rumores se propagan rápido en el piquete. Alguien dice que le
contaron que escuchó que un juez ya tenía firmada la orden de desalojo.
La campaña psicológica se completa con la versión conspirativa que
alimentan los funcionarios: acusan a los vecinos de tener “intereses
políticos”. Pero este peligroso foco desestabilizador se inició, en
rigor, con cinco jubilados que se plantaron en la vía para evitar el
paso del primer tren que venía desde City Bell rumbo a Constitución.
Después se sumó el resto. La que habla en voz más alta es Rosita, de 86
años, que se ofende cuando le dicen que es “la primera piquetera”. “No
soy piquetera, soy ciudadana y quiero que respeten mis derechos”,
subraya, y nadie se animaría a contradecirla.
Ariel, de la asamblea de Pereyra, relata la situación de los vecinos
de la estación siguiente, también eliminada del esquema: “nosotros, sin
el ferrocarril, estamos completamente aislados. El colectivo que
pusieron para reemplazar al tren mientras se hacen las obras pasa a 2,5
kilómetros de la estación. En Pereyra hay un colegio religioso
histórico, el María Teresa, donde cursan cientos de chicos que viven en
las estaciones cercanas. Ahora no tienen manera de llegar”. La señora
del mate apunta: “¡Y hasta las monjas nos apoyan!”
Esteban agrega, para que quede claro: “Hasta que el tren pare en
Hudson y Pereyra no nos vamos de acá”. Los cortes son escalonados, por
franjas horarias. Una compañera baja un cambio: “si al menos viéramos
que iniciaran la instalación de los andenes provisorios, que se hacen en
cuatro días, podríamos tener un gesto de buena voluntad y levantar el
corte. Pero antes no, ya nos cansamos de las promesas y las mentiras. Si
levantamos el corte ahora, el tren no va a parar acá nunca más”.
Es hora de irse. La despedida es con un mate. Otra vez en bicicleta
hasta Berazategui y de ahí el tren, que vuelve a Constitución. A los
veinte minutos se escucha una voz en off que informa: “se comunica a los
señores pasajeros que los trenes entre Constitución y City Bell
circulan con normalidad”. Esteban, del foro vecinal de Hudson, ratifica
por whatsapp lo que en circunstancias normales no necesitaría
confirmación, porque el cronista lo vio con sus propios ojos: “Seguimos
acá”. Pero el 99 por ciento de los usuarios del ferrocarril, es decir,
los que no tienen que ir a City Bell ni se encontrarán con el corte en
Hudson, reciben con agrado la noticia de que “los trenes entre
Constitución y City Bell circulan con normalidad”. La fase superior del
Relato M es una versión berreta de la Matrix. La realidad paralela en la
Argentina es la Macrix.
Fuente: Página 12
domingo, 5 de marzo de 2017
Por primera vez las encuestas muestran que los opositores casi duplican a los oficialistas
Raúl Kollmann - Febrero fue el mes más cruel, con una abrupta caída de imagen. Por primera vez, el apoyo a Macri cayó a menos de 40 puntos y por primera vez el rechazo llegó a los 57 puntos.
El gobierno de Mauricio Macri pasa indudablemente por su peor momento. La beligerancia de su discurso en la apertura de sesiones del Congreso se produjo cuando los que opinan bien o muy bien del Presidente se ubican, por primera vez, debajo del cuarenta por ciento. Y en paralelo, quienes opinan mal o muy mal también se ubican en un tope histórico, por encima del 57 por ciento. El saldo negativo es, por supuesto, el mayor de toda la gestión, 18 puntos, que sobre todo contrasta con el saldo positivo de 21 puntos que tenía al principio. Esta caída se nota también respecto de quienes se consideran oficialistas y los que se auto-ubican como opositores: hoy por hoy, los opositores superan a los oficialistas por 26 puntos porcentuales, una diferencia negativa sideral.
El tema clave es la gestión, principalmente los problemas de gestión económica, lo que incluye inflación, tarifazos, empleo, recesión, pero también en materia de seguridad, salud y educación. Esto se verifica en los índices de satisfacción, en los que el gobierno no pasa de los cuatro puntos en una escala del uno al diez. Está muy lejos de la auto-calificación de ocho que se puso el Presidente hace dos meses. Esta semana, con el paro de docentes se reavivó la cuestión de la educación y se percibe un claro respaldo a la medida de fuerza (ver aparte). Sigue vigente en la evaluación de la mayoría que la administración Macri gobierna para los ricos.Las conclusiones surgen de un estudio nacional realizado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1200 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Las encuestas se realizaron en forma telefónica.
El tema clave es la gestión, principalmente los problemas de gestión económica, lo que incluye inflación, tarifazos, empleo, recesión, pero también en materia de seguridad, salud y educación. Esto se verifica en los índices de satisfacción, en los que el gobierno no pasa de los cuatro puntos en una escala del uno al diez. Está muy lejos de la auto-calificación de ocho que se puso el Presidente hace dos meses. Esta semana, con el paro de docentes se reavivó la cuestión de la educación y se percibe un claro respaldo a la medida de fuerza (ver aparte). Sigue vigente en la evaluación de la mayoría que la administración Macri gobierna para los ricos.Las conclusiones surgen de un estudio nacional realizado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1200 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Las encuestas se realizaron en forma telefónica.
“Febrero –señala Bacman–, especialmente la segunda quincena, fue muy
malo para el Gobierno Nacional. Sin lugar a dudas y sin temor a
equivocarse, este es el peor momento de la gestión Macri desde que
asumió la presidencia quince meses atrás. Con estos datos a la vista la
situación remata en un importante desafío: el principal problema que
debe afrontar es la gestión. Muchos argentinos, especialmente los
pertenecientes al segmento de los independientes, que confiaron en el
cambio propuesto y que a lo largo de todo el 2016 no percibieron
solución alguna, se negaban en forma insistente a perder la esperanza y
hasta perdonaron muchos errores y soportaron estoicamente alta
inflación, aumentos en los servicios públicos y sueldos e ingresos que
quedaron muy por debajo de la inflación. Pero febrero significó el punto
de inflexión”.
“Se sucedieron varias cuestiones que se fueron potenciando en pocos días e impactaron de modo negativo en la opinión pública. La economía sigue sin arrancar, no se ven logros y la esperanza se pone en tela de juicio: nuevo aumento de tarifas, aumento de la conflictividad gremial, paritarias al límite, las clases que no arrancan, el fútbol tampoco arranca. Y, como si esto fuera poco, la sombra de la corrupción, aquella que relaciona a la familia Macri con el mundo empresario, empezó a sobrevolar por estas latitudes”.
Desde diciembre hasta el estudio de esta semana, los que se consideran opositores pasaron del 45 al 49 por ciento, mientras que los oficialistas bajaron impresionantes nueve puntos: de casi 33 a 24 por ciento. Esto significa que muchos que se consideraban oficialistas pasaron a ubicarse entre los independientes, ni oficialistas ni opositores. “Esto es complejo para enfrentar un año electoral”, evalúa el consultor.
Bacman afirma que “cuando Macri asumió, casi seis de cada diez argentinos, muchos más de los que lo votaron en la segunda vuelta, confiaron en los aires de cambios. No sabían con claridad de que cambios se trataba; pero en definitiva confiaron. Hoy la ecuación se dio vuelta y alrededor del sesenta por ciento está abiertamente insatisfecho. Por tal motivo el Índice de Satisfacción Ciudadana se convierte en el indicador clave de esta última encuesta, ya que sintetiza el mal humor social de estos tiempos: una satisfacción, que medida en una escala de 1 a 10 puntos, arroja un promedio de 3,94. Otra vez hay que hablar de pérdidas: con respecto a agosto del año pasado un 7 por ciento. El factor más crítico, el que justifica en mayor medida este bajo índice sigue siendo la economía donde ni siquiera logra un cuatro”. La novedad es que las malas calificaciones empezaron a afectar no sólo a la economía, sino a la política y la corrupción.
“Se sucedieron varias cuestiones que se fueron potenciando en pocos días e impactaron de modo negativo en la opinión pública. La economía sigue sin arrancar, no se ven logros y la esperanza se pone en tela de juicio: nuevo aumento de tarifas, aumento de la conflictividad gremial, paritarias al límite, las clases que no arrancan, el fútbol tampoco arranca. Y, como si esto fuera poco, la sombra de la corrupción, aquella que relaciona a la familia Macri con el mundo empresario, empezó a sobrevolar por estas latitudes”.
Desde diciembre hasta el estudio de esta semana, los que se consideran opositores pasaron del 45 al 49 por ciento, mientras que los oficialistas bajaron impresionantes nueve puntos: de casi 33 a 24 por ciento. Esto significa que muchos que se consideraban oficialistas pasaron a ubicarse entre los independientes, ni oficialistas ni opositores. “Esto es complejo para enfrentar un año electoral”, evalúa el consultor.
Bacman afirma que “cuando Macri asumió, casi seis de cada diez argentinos, muchos más de los que lo votaron en la segunda vuelta, confiaron en los aires de cambios. No sabían con claridad de que cambios se trataba; pero en definitiva confiaron. Hoy la ecuación se dio vuelta y alrededor del sesenta por ciento está abiertamente insatisfecho. Por tal motivo el Índice de Satisfacción Ciudadana se convierte en el indicador clave de esta última encuesta, ya que sintetiza el mal humor social de estos tiempos: una satisfacción, que medida en una escala de 1 a 10 puntos, arroja un promedio de 3,94. Otra vez hay que hablar de pérdidas: con respecto a agosto del año pasado un 7 por ciento. El factor más crítico, el que justifica en mayor medida este bajo índice sigue siendo la economía donde ni siquiera logra un cuatro”. La novedad es que las malas calificaciones empezaron a afectar no sólo a la economía, sino a la política y la corrupción.
“Yo
diría –concluye Bacman– que uno de los fenómenos más persistentes y que
está en el espíritu de las opiniones mayoritarias es que en el
imaginario popular está instalado que Macri gobierna para los ricos. Así
lo afirman siete de cada diez entrevistados. Es otra mala noticia para
la coalición gobernante, en un año de elecciones”.
Fuente: Página 12
jueves, 2 de marzo de 2017
Política, una cuestión de comunicación
Por Cindy Orlenys (desde Venezuela) - Algunos plantean la comunicación como un asunto pendiente que debe profundizarse, una tarea confusa a cumplir casi por decreto como si se tratase de un boceto mágico predeterminado. Asumirlo así, sin métodos ni valoraciones correctas, no sólo nos hundiría en la ignorancia, sino que además nos mantendría a merced de los victimarios.
La comunicación es una práctica compleja indispensable para el desarrollo de cualquier proceso y demanda una atención analítica apasionada en función de las necesidades, cualesquiera que sean.
Entendiendo el Estado como una comunidad comunicacional que concibe sus formas de configuración política de acuerdo a cómo evolucionan sus formas de comunicarse (el uso de redes sociales hoy, por ejemplo), evidenciamos que el estímulo de lazos comunicativos, las políticas informativas, los diálogos políticos y afines, son determinantes para el curso que toma la sociedad.
Quizás pueda parecer que estas transformaciones o evoluciones tienen que ver más con factores culturales, pero lo cierto, es que la identidad cultural por sí sola, no define la comprensión de los procesos sociales ni determina la transformación de la sociedad, la base cultural es un componente, sí, pero su activación implica agudos procesos comunicacionales.
El contexto comunicacional que apoya o no a un gobierno, tiene el poder de sostenerlo o derrumbarlo.
El autor de teoría política occidental David Hume, filósofo del siglo XVIII, escribió en sus Ensayos sobre Moral, Política y Literatura (ed. 1963:29) que “No hay nada que sustente a los gobernantes sino la opinión. Es por tanto sobre la opinión sobre lo único que el gobierno se sustenta”.
En esa afirmación, Hume no se refiere a la comunicación como tal, sino a la expresión de lo que hoy entendemos por opinión pública, y más en concreto por su significado político.
Hablar de opinión pública, implica saber cómo la expresamos, cómo la procesamos, cómo la canalizamos, y la forma de comunicarla puede orientar, respaldar u obstaculizar al gobernante. Si se toma una decisión gubernamental técnicamente adecuada pero la opinión pública le da una valoración negativa, esa decisión parecerá mala por muy buena que sea y viceversa. El curso que tome esa comunicación, depende -por supuesto- de los criterios o más bien, de los intereses políticos de los que están en el gobierno/poder y de los que anhelan conquistarlo.
Para hacer notar al gobernante el sentir popular, es indispensable la constitución de procesos comunicativos. Sin ello, resultaría inconcebible la cotidianidad del escenario político, cuestión que aplica para cualquier tipo de gobierno y en nuestro caso particular, para la situación actual económica y social venezolana.
Un par de citas del escritor Javier del Rey, afirman lo siguiente:
“La comunicación es, en efecto, el recurso fundamental de la política y una de las categorías básicas de la democracia”
“la política es una cuestión de comunicación, en la que los mensajes generados por el líder político, el partido o el gobierno, tienen que contrastarse con los mensajes que llegan desde la realidad, es decir, de la economía, de los sindicatos, de la patronal empresarial, de otros partidos o de otros gobiernos” y debo agregar, del pueblo.
Quizás le hagan falta ciertas adaptaciones revolucionarias a esas concepciones, pero son sin duda, concepciones muy congruentes, cuya comprensión es vital para un ejercicio de la política más acertado.
La comunicación política no es precisamente espontánea o azar, no es inerte, se piensa, y debe asumirse como una acción estratégica obligatoria hasta volverla habitual. Debe exponerse, estudiarse, debatirse y dominarse. Es esa la clave fundamental de cómo concebimos todo y cómo hacemos que el pueblo conciba todo.
En Venezuela, coexisten por ejemplo, quienes aplican medidas económicas y quienes intentan explicarlas, quienes viven las consecuencias de tales medidas y quienes procuran analizarlas, quienes informan (o lo intentan) y su mensaje no llega por no ser más que un titular refrito cuyo contenido desborda retórica pero en realidad no dice nada.
¿Interviene el factor cultural? Seguramente. Puede que nuestros hábitos nos orillen a vivir improvisando, con incertidumbre y expectativa, pero ese factor cultural -repito- NO nos orienta por sí solo, y todos necesitamos un proceso comunicativo que nos permita entender esas medidas, digerirlas e inclusive legitimarlas y hasta defenderlas.
Comunicar un hecho una vez de mil maneras, es abismalmente distinto a comunicar mil veces de una manera. Lo decía Chávez, “no basta comunicar una vez, es necesario repetir mil veces la noticia”, yo agregaría que es necesario pensar cómo comunicar esa noticia o algún otro contenido, hacer verdadera comunicación política y convertir ese método en un hecho cotidiano.
Esa opinión pública tan determinante, depende de todo eso.
Estamos hoy en la puerta de entrada a la verdadera transformación comunicacional revolucionaria. Se percibe un proceso evolutivo, y en efecto, falta mucho por conocer, por resolver, pero cada vez más personas comprenden que son víctimas de la manipulación informativa, que son mercancía en un negocio muy lucrativo, que está en medio de una guerra donde su mente es el nuevo territorio de conquista, que existen corporaciones mediáticas psicoterroristas y muchos medios como CNN sin ética ni pudor, que la mentira es una transacción pactada y la información veraz un derecho humano.
Cada vez somos más los que sabemos que la “defensa” de pseudo derechos es una excusa vacía y el objetivo es el poder.
Cada vez son más los preocupados por la elevación del pueblo en conciencia.
Y eso, amigos míos, no es poca cosa. Falta ver cómo sentenciamos.
Fuente: Resúmen Latinoamericano
La comunicación es una práctica compleja indispensable para el desarrollo de cualquier proceso y demanda una atención analítica apasionada en función de las necesidades, cualesquiera que sean.
Entendiendo el Estado como una comunidad comunicacional que concibe sus formas de configuración política de acuerdo a cómo evolucionan sus formas de comunicarse (el uso de redes sociales hoy, por ejemplo), evidenciamos que el estímulo de lazos comunicativos, las políticas informativas, los diálogos políticos y afines, son determinantes para el curso que toma la sociedad.
Quizás pueda parecer que estas transformaciones o evoluciones tienen que ver más con factores culturales, pero lo cierto, es que la identidad cultural por sí sola, no define la comprensión de los procesos sociales ni determina la transformación de la sociedad, la base cultural es un componente, sí, pero su activación implica agudos procesos comunicacionales.
El contexto comunicacional que apoya o no a un gobierno, tiene el poder de sostenerlo o derrumbarlo.
El autor de teoría política occidental David Hume, filósofo del siglo XVIII, escribió en sus Ensayos sobre Moral, Política y Literatura (ed. 1963:29) que “No hay nada que sustente a los gobernantes sino la opinión. Es por tanto sobre la opinión sobre lo único que el gobierno se sustenta”.
En esa afirmación, Hume no se refiere a la comunicación como tal, sino a la expresión de lo que hoy entendemos por opinión pública, y más en concreto por su significado político.
Hablar de opinión pública, implica saber cómo la expresamos, cómo la procesamos, cómo la canalizamos, y la forma de comunicarla puede orientar, respaldar u obstaculizar al gobernante. Si se toma una decisión gubernamental técnicamente adecuada pero la opinión pública le da una valoración negativa, esa decisión parecerá mala por muy buena que sea y viceversa. El curso que tome esa comunicación, depende -por supuesto- de los criterios o más bien, de los intereses políticos de los que están en el gobierno/poder y de los que anhelan conquistarlo.
Para hacer notar al gobernante el sentir popular, es indispensable la constitución de procesos comunicativos. Sin ello, resultaría inconcebible la cotidianidad del escenario político, cuestión que aplica para cualquier tipo de gobierno y en nuestro caso particular, para la situación actual económica y social venezolana.
Un par de citas del escritor Javier del Rey, afirman lo siguiente:
“La comunicación es, en efecto, el recurso fundamental de la política y una de las categorías básicas de la democracia”
“la política es una cuestión de comunicación, en la que los mensajes generados por el líder político, el partido o el gobierno, tienen que contrastarse con los mensajes que llegan desde la realidad, es decir, de la economía, de los sindicatos, de la patronal empresarial, de otros partidos o de otros gobiernos” y debo agregar, del pueblo.
Quizás le hagan falta ciertas adaptaciones revolucionarias a esas concepciones, pero son sin duda, concepciones muy congruentes, cuya comprensión es vital para un ejercicio de la política más acertado.
La comunicación política no es precisamente espontánea o azar, no es inerte, se piensa, y debe asumirse como una acción estratégica obligatoria hasta volverla habitual. Debe exponerse, estudiarse, debatirse y dominarse. Es esa la clave fundamental de cómo concebimos todo y cómo hacemos que el pueblo conciba todo.
En Venezuela, coexisten por ejemplo, quienes aplican medidas económicas y quienes intentan explicarlas, quienes viven las consecuencias de tales medidas y quienes procuran analizarlas, quienes informan (o lo intentan) y su mensaje no llega por no ser más que un titular refrito cuyo contenido desborda retórica pero en realidad no dice nada.
¿Interviene el factor cultural? Seguramente. Puede que nuestros hábitos nos orillen a vivir improvisando, con incertidumbre y expectativa, pero ese factor cultural -repito- NO nos orienta por sí solo, y todos necesitamos un proceso comunicativo que nos permita entender esas medidas, digerirlas e inclusive legitimarlas y hasta defenderlas.
Comunicar un hecho una vez de mil maneras, es abismalmente distinto a comunicar mil veces de una manera. Lo decía Chávez, “no basta comunicar una vez, es necesario repetir mil veces la noticia”, yo agregaría que es necesario pensar cómo comunicar esa noticia o algún otro contenido, hacer verdadera comunicación política y convertir ese método en un hecho cotidiano.
Esa opinión pública tan determinante, depende de todo eso.
Estamos hoy en la puerta de entrada a la verdadera transformación comunicacional revolucionaria. Se percibe un proceso evolutivo, y en efecto, falta mucho por conocer, por resolver, pero cada vez más personas comprenden que son víctimas de la manipulación informativa, que son mercancía en un negocio muy lucrativo, que está en medio de una guerra donde su mente es el nuevo territorio de conquista, que existen corporaciones mediáticas psicoterroristas y muchos medios como CNN sin ética ni pudor, que la mentira es una transacción pactada y la información veraz un derecho humano.
Cada vez somos más los que sabemos que la “defensa” de pseudo derechos es una excusa vacía y el objetivo es el poder.
Cada vez son más los preocupados por la elevación del pueblo en conciencia.
Y eso, amigos míos, no es poca cosa. Falta ver cómo sentenciamos.
Fuente: Resúmen Latinoamericano
miércoles, 1 de marzo de 2017
Repudio a la amenza contra Baradel
En virtud de la amenaza que sufriera el secretario general de SUTEBA Roberto Baradel por parte del Presidente de la Nación Mauricio Macri durante el discurso de apertura de la 135° sesiones ordinarias del Congreso Nacional expresamos nuestra solidaridad para con el dirigente gremial y repudiamos enérgicamente esta conducta propia de épocas dictatoriales.
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